La época invernal con temperaturas muy bajas, incluso por debajo de los cero grados, nos paraliza, nos debilita y nos impide hasta respirar en condiciones a veces. Tenemos ardor, picor e irritación en la garganta, dolor de oídos, la sensación de que no podemos respirar bien porque no nos llega el aire a los pulmones… Algo que si además lo unimos con los catarros, resfriados, gripes, etc. que cada año nos acechan, nos hace verdaderamente complicado el día a día.
En ocasiones ni siquiera en casa somos capaces de entrar en calor por las corrientes de aire, la falta de buenos aislamientos en puertas o ventanas, ni tampoco de conciliar el sueño o descansar a gusto por las constantes toses, los estornudos, las tiritonas o incluso la fiebre.
Unas consecuencias directas del frío, también de la contaminación, de los humos y lo peor, de la mala climatización y ambiente de nuestros hogares.
En esta época, el caos que se produce de virus y bacterias tanto en la calle como dentro de casa, nos hace enfermar y, a los que ya sufren algún tipo de asma o de rinitis, por ejemplo, lo acusan en mayor medida. De ahí, la importancia de cuidarse y de mantener al menos nuestros hogares en las mejores condiciones posibles. Un ambiente saludable en casa evitará la aparición de ácaros, hongos y otros microbios causantes de muchas de estas enfermedades y alergias respiratorias.
Mantener los niveles de humedad y temperatura adecuados en este sentido, nos alejará de contraer enfermedades y nos ayudará a tener nuestro sistema inmunológico más fuerte, más preparado y con más defensas que nos ayuden a combatir no sólo el frío sino los innumerables gérmenes.
Disfrutar de la nieve, de la naturaleza, de las fiestas, de las vacaciones y de cualquier viaje programado en estos meses es algo que esperamos durante todo el año como para que se nos fastidien los planes. Por eso no hay que olvidarse de tomar alimentos como la fruta y las verduras porque contienen muchas vitaminas, hacer las comidas más calientes y templadas, consumir más frutos secos, hidratarse bien, no dejar de hacer ejercicio no sólo para mantener la línea sino para entrar en calor, no olvidar tampoco abrigarse lo necesario tanto dentro de los edificios en los que nos encontremos como al salir a la calle y preocuparse siempre, eso sí, de la confortabilidad de nuestra vivienda para no encontrarnos con sorpresas desagradables.