La humedad estructural puede tener efectos muy dañinos para los edificios. La persistencia de problemas de humedades en la estructura de las construcciones puede aumentar el riesgo de accidentes. La humedad en una pared donde se encuentra un enchufe o instalación eléctrica supone un riesgo de electrocución importante, cortocircuitos e incendios, por ejemplo. Además, otra consecuencia de la existencia de humedades estructurales que pueden poner en peligro a los habitantes de la vivienda son los posibles desprendimientos de balcones o cornisas, que en el peor de los casos, podría terminar por desequilibrar la estabilidad de todo el edificio.
Los muros, cimientos o paredes mojados pueden llegar a reducir su capacidad de carga hasta un 50 por ciento. De esta forma, la humedad puede deteriorar poco a poco los edificios hasta provocar efectos difíciles de arreglar, del mismo modo que una caries ataca una muela. La existencia de humedades estructurales también pueden acabar dañando los elementos estructurales metálicos, como vigas y tuberías, a causa del óxido derivado de estos problemas.
La presencia de humedades estructurales en casa debe estar muy controlada, ya que lo que en principio puede ser un inconveniente sin muchas consecuencias, puede acabar por convertirse en un grave problema si no se remedia a tiempo. La humedad constituye una amenaza tanto para la estructura del edificio como para su contenido y sus ocupantes, pudiendo causar importantes accidentes.
Para evitar poner en riesgo la estabilidad de nuestra vivienda y la posibilidad de accidentes que pueden derivarse de prolongados problemas de humedades estructurales, es necesario contar con el diagnóstico de un experto en tratamientos contra la humedad estructural como Murprotec.
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