Mientras desayunamos con el café y la tostada de la mañana nos gusta saber el tiempo que nos espera para el día y para la semana (y más ahora, que estamos en pleno temporal invernal de frío y nieve). El parámetro por el que nos guiamos para saber si será o no un buen día suele ser la temperatura. Aunque no es el único dato importante.
Otro aspecto —que en muchas ocasiones puede ser más importante— es la humedad relativa del aire, que indica la cantidad de vapor de agua presente en el aire.
Este factor depende de otros muchos como la propia temperatura, la zona geográfica, la presión atmosférica, etc. La humedad relativa del aire incide directamente en nuestra sensación de confort, traduciéndose en algo que todos podemos reconocer cuando estamos, por ejemplo, en un clima muy cálido y seco o cuando comenzamos a sudar en ambientes más frescos pero con mucha más humedad.
Al igual que ocurre con los cambios de temperatura, tendemos a querer paliar los efectos negativos de la humedad acudiendo a sistemas que puedan climatizar, refrigerar o calentar (y más ahora, en esta época) los ambientes en los que nos movemos. Es muy habitual que utilizar métodos clásicos puedan incluso agravar la situación enrareciendo el ambiente.
El uso, cada vez más extendido de máquinas climatizadoras, bombas de calor o deshumidificadores, no solo hacen que variemos el ambiente, pudiendo ser contraproducente, sino que además perjudican al medio ambiente sin darnos cuenta.
En materia de humedad, sabemos que todavía hay mucho que recorrer y que es fácil llevarse por las promesas de soluciones sencillas, pero que a la larga resultan costosas. Al igual que la inversión en edificios y electrodomésticos de alta eficiencia energética y responsables con el medio ambiente, debemos coger conciencia de la forma de tratar las humedades que tan fácilmente aparecen en nuestros hogares.
La prevención y la solución de los problemas desde su raíz deben de ser nuestra principal arma. Dejar de utilizar métodos que no solo no atajan el problema sino que lo empeoran y perjudican al medio ambiente.
Contar con la ayuda de expertos, con larga experiencia en el tratamiento de humedades puede no solo hacer más confortable y sano nuestro hogar, sino proteger el medio ambiento y hacer que nuestras generaciones futuras disfruten de la belleza de nuestro planeta.