Después de un frío día de trabajo, en lo único que pensamos muchos de nosotros es en llegar a la comodidad de nuestro hogar para disfrutar de las últimas horas de la tarde con nuestra familia. Y cuando regresamos, lo último que queremos ver, es una casa impregnada por los nefastos efectos causados por la presencia de humedades.
Como si de una pesadilla se tratase, una agradable jornada de juego con nuestros hijos, puede convertirse en una visita médica llena de toses y dolores, o incluso una plácida velada con nuestros seres queridos, se transforma en un tenebroso ambiente lleno de malos olores y manchas de moho en las paredes.
Porque una vez que las humedades han llegado a nuestro hogar, es muy complicado convivir con ellas a largo plazo. Lo que al principio puede parecer una simple mancha en la pared que pensamos en tapar con una pintura especial, probablemente se convierta en un foco de infecciones y malestar para todos los habitantes de la casa.
Y sobre todo, siempre hay que pensar más allá del “típico problema estético”, que en muchos casos es la primera evidencia que nos encontramos. Si únicamente nos quedamos en este cielo nublado que vaticina tormenta, acabaremos mojándonos hasta que quizá, ya sea demasiado tarde para reaccionar.
- Imaginemos a los más pequeños de la casa expuestos a un ambiente poco salubre impregnado de humedades durante más tiempo del deseado. Asma, sinusitis o diversas infecciones pulmonares como la bronquitis pueden aparecer de la nada y atacar directamente a niños y bebés.
- Si además, en nuestra casa habitan personas con algún tipo de problema reumático, tenemos que tener claro que el frío y la humedad les causarán un aumento de sus dolores, lo que repercutirá directamente en ellos, empeorando su calidad de vida.
- Y no nos podemos olvidar de los dolores de cabeza continuados, el cansancio que no cesa, malestar general, escalofríos o dificultad al respirar que podemos experimentar todos los habitantes, independientemente de la edad, al enfrentarnos diariamente con un ambiente hostil e impregnado de moho, hongos y ácaros.
Como podemos observar, no es nada agradable tener un hogar con este tipo de problema. Ni recomendado es, que sus habitantes estén exponiéndose continuamente al tipo de situaciones negativas que se generan en ambientes con exceso de humedad. Por esto, para poder disfrutar de nuestro hogar, de los momentos en familia y de una calidad de vida digna, es necesario erradicar para siempre las humedades, pero siempre haciéndolo desde su origen, y contando con un equipo de profesionales que nos guíen y ayudan a hacer de una manera definitiva.
Porque con Murprotec, aquí si hay quien viva.