Punto de encuentro entre el océano Atlántico y el mar Mediterráneo, el territorio andaluz se extiende a lo largo del sur peninsular, con una diversidad de paisajes envidiable que abarca desde el cálido valle del Guadalquivir, hasta las frías montañas de Sierra Nevada, pasando por infinidad de rincones y lugares, que se convierten en una delicia visual y de los sentidos, para todos aquellos que los visitan.
Pero ni en tan bello lugar, se libran de la presencia de humedades y de los problemas derivados que éstas pueden llegar a provocar. Recordemos que en Andalucía la humedad media oscila entre el 70% y el 75%, valores elevados que en muchos casos, propician situaciones donde la calidad ambiental de nuestros hogares, se puede transformar en insalubre y poco confortable, si no ponemos un remedio eficaz y definitivo.
Además, en Andalucía existen altos niveles de humedad en la tierra, y por este motivo muchos de los edificios allí construidos, padecen humedades por capilaridad. La capilaridad es un fenómeno muy común en este tipo de terrenos, donde el agua acumulada en el subsuelo tiende a ascender a través de los materiales, y si éstos son lo suficientemente porosos y no tienen un aislamiento adecuado, este agua penetra a través de ellos, atravesando cimientos y apareciendo en el interior de los edificios.
Esta situación, provoca muchos tipos de desperfectos, algunos simplemente estéticos, como las manchas en paredes y muros provocadas por la sustancias salinas que acompañan al agua en su ascensión, o los desprendimientos de pinturas. Pero el verdadero peligro se da en la resistencia estructural del edificio, ya que una presencia prolongada del agua en sus muros y materiales, provoca una degradación, disminuyendo su capacidad de carga, llegando a suponer un peligro para la integridad de la estructura. Y añadido a todo esto, nos encontramos con un amplio abanico de afecciones respiratorias y problemas de salud derivados de un mal ambiente.
Viviendas particulares, iglesias, colegios, locales, pequeños y grandes comercios, hoteles o comunidades de propietarios, nadie se libra de estos problemas. Cádiz, históricamente ha sido una de las ciudades andaluzas con más problemas de humedades, debido a su elevado nivel freático del suelo. Muchos de los habitantes de esta ciudad, ya han experimentado en varias ocasiones caídas de revestimientos, daños y desperfectos en la instalación eléctrica, o la aparición de enfermedades y afecciones derivadas del exceso de humedad.
Sevilla es otro de los lugares donde existe una creciente preocupación por los desperfectos que causan el exceso de humedades. Debido a la gran acumulación de agua en el subsuelo de esta zona, se convierte en un territorio muy sensible a la aparición de humedades por capilaridad.
Y ni pinturas antihumedad, ni deshumidicadores ni remedios caseros harán que desaparezca el problema (en algunos casos, incluso podrá agravarlo). La clave para poder dar una solución definitiva, es encontrar el origen del problema y poder dar una solución totalmente adaptada a las necesidades que requiere. Porque no existen dos situaciones iguales, es necesario realizar un diagnóstico eficaz para eliminar de raíz la humedad presente en nuestra vivienda.
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