La estética y la decoración de una casa, no se reducen únicamente a la utilización de cierto tipo de pinturas o a la disposición (y color) de los muebles y elementos que complementan nuestras estancias como sofás, mesas, alfombras, cuadros o estanterías. Va mucho más allá de lo que podemos observar a simple vista, ya que además del aspecto que presente nuestro hogar, hay una serie de factores que construyen el ambiente, haciéndolo más o menos acogedor para nuestros invitados. En este caso, vamos a centrarnos en el aroma que desprende nuestra vivienda y todo lo que es capaz de transmitir a las personas que allí habitan.
Los aromas nos transmiten emociones, e incluso son capaces de transportarnos a lugares mágicos, haciéndonos sentir una sensación de bienestar difícilmente comparable. Más allá de un problema puntual que podamos solucionar fácilmente, el mal olor más frecuente está muy vinculado con las humedades y los problemas que estas derivan en su entorno. Si este olor tan característico invade alguna estancia, la sensación de incomodidad al permanecer en ella mucho tiempo, resultará muy elevada.
Y es que este tipo de hedor puede estar generado por filtraciones de humedad en paredes o techos que facilitan y potencian la aparición de moho. Una combinación de humedad excesiva, falta de circulación de aire y oscuridad crean un ambiente idóneo y óptimo para que crezcan y generen ese mal olor tan característico.
El moho y los hongos son los causantes del conocido como “olor a viejo”, ya que liberan un gas que entra y permanece en telas, alfombras, cortinas y muebles. Y el mayor problema, es que una vez que este “aroma” penetra de una forma prolongada en cualquier estancia de nuestra vivienda, será muy complicado eliminarlo.
Una de las claves para combatirlo, es localizar de una manera clara y efectiva el origen del problema. Hay que estar muy alerta de todas las señales que vayan dejando estos microorganismos a lo largo de nuestra vivienda, mostrando donde existen problemas de humedad.
Y algo fundamental y que debemos tener muy claro: hay que acabar con este problema en la mayor brevedad posible, ya que no sólo dañará nuestras pertenencias o provocará malos olores, sino que puede llegar a ser un peligro para la salud de los habitantes de la casa.
Y esto, se puede convertir en una tarea tediosa y complicada debido a la gran cantidad de lugares donde el moho y los hongos son capaces de crecer. Por esto es muy importante contar con profesionales que te ayuden a encontrarla y sobre todo, a plantear una solución que nos permita eliminar los malos olores de una forma definitiva.