Quizá uno de los primeros problemas a los que nos tenemos que enfrentar cuando nos hemos percatado de la existencia de humedades en nuestro hogar, es el estético. A nadie le gusta tener una mancha de moho en la pared del salón, ni en el techo del baño, ni mucho menos en la cabecera del dormitorio.
Por esto, muchas veces tendemos a buscar soluciones rápidas y efectivas (a primera vista), en las que consigamos hacer desaparecer el problema, y así dejar de verlo todos los días. Pero ponernos una venda en los ojos y no percatarnos de estos síntomas, no nos permitirán ver los verdaderos problemas que a largo plazo, pueden desembocar en una serie de situaciones nefastas, que podíamos haber evitado, dando una solución realmente efectiva a tiempo.
Lo primero en lo que todos pensamos cuando nos enfrentamos a este tipo de problemas es en las pinturas hidrófobas y en las ceras líquidas. Algo rápido de aplicar, que podemos hacer nosotros mismos, sin mucha inversión y que probablemente no nos suponga un coste desorbitado. Pero es aquí donde vamos a ver una manera clara y evidente la diferencia entre solucionar y esconder.
Este tipo de remedios lo único que hacen es tapar algunas de las consecuencias del exceso de humedad por condensación. Si queremos esconder las manchas de moho producidas por este gran problema, podemos recurrir a este tipo de elementos, pero nunca lo solucionaremos, ya que no podemos eliminar un problema de condensación si no es eliminando el exceso de agua, así de sencillo.
Otra de las soluciones que nos pueden venir a la mente, aconsejados esta vez por algunas personas, son las típicas cámaras tanto de yeso laminado como bufas. En el primer caso, e instalando una cámara de este tipo, estaremos poniendo una mascarilla al problema. Evitaremos que la humedad sea visible, eso es totalmente cierto, pero en ningún caso la eliminaremos y mucho menos, reduciremos las consecuencias de su excesiva presencia. Y como añadido, presenta un gran problema: como no podemos ver la zona realmente afectada, ésta se irá deteriorando de una manera severa y nosotros, no nos daremos cuenta del verdadero problema hasta que sea demasiado tarde. Por no hablar de los problemas de salud que genera.
Y por otro lado, están las cámaras bufas, que son una de las técnicas más usadas en los últimos años en el tratamiento de problemas derivados de las humedades, especialmente en garajes o bodegas. Su objetivo principal es crear un drenaje que vaya recogiendo todo el exceso de agua del muro afectado, oculto tras un nuevo tabique que mejore la estética de la zona dañada.
El mayor problema de esta técnica es el mismo que el de las dos anteriores, que fundamentalmente se basan en soluciones estéticas que en ningún caso erradican el problema real y lo único que hacen es hacer que nos sintamos mejor al no observar de primera mano el problema.
Pero la realidad, es que el problema va a seguir ahí, aunque no lo veamos (siempre y cuando la humedad no “salte” al nuevo tabique), avanzando lentamente y deteriorando de un modo, en algunos casos irreversible, la estructura de nuestra vivienda. Por esto, y aunque nos duela, mejor tener bien abiertos los ojos y al menor síntoma de humedades, ponernos en contacto con unos profesionales que nos de la solución que realmente necesitemos para nuestro problema.