En muchas ocasiones, podemos asociar de una manera directa los problemas derivados de las humedades con la presencia de una humedad relativa en el aire elevada. Por eso, también tendemos a pensar, que como en el centro peninsular este tipo de indicador es mucho más bajo que en otros lugares (como la cornisa cantábrica), no tendremos que preocuparnos demasiado por este tipo de disgustos y preocupaciones.
Error. La humedad relativa puede servir como un indicador orientativo, pero realmente no es cien por cien definitivo a la hora de asegurar que nuestra vivienda no sufrirá las consecuencias de una humedad mal tratada. Recordemos que hay varios tipos de humedades que pueden afectar de una manera clara a nuestras viviendas, y que si no estamos atentos y pendientes a los primeros síntomas, probablemente podamos vernos afectados por cualquiera de ellas.
Muchas de las personas que viven en Madrid, habitan en bloques de pisos, y es concretamente en estos domicilios, en los que la humedad puede aparecer más fácilmente, ya que el “contagio” entre viviendas es algo común cuando el problema ya está muy avanzado. Además, también existen muchas viviendas antiguas, con las paredes ya algo deterioradas por el paso del tiempo, dando facilidades a la aparición de humedades.
Tendremos que estar atentos a ciertos indicadores internos de la edificación, ya que cuando el valor de agua supera ciertos niveles (45% en el ambiente interior de un edificio), es cuando empiezan a provocarse reacciones adversas y nocivas. Por tanto, acciones tan normales y habituales como ducharse, lavar los platos, tender la ropa o incluso cocinar, combinadas con una ventilación deficiente o un aislamiento de la vivienda poco funcional, harán que se generen humedades por condensación.
Pero no debemos olvidar el fenómeno de la capilaridad. Muchos de los problemas en los edificios de la comunidad de Madrid, vienen derivados de este tipo de humedad (por capilaridad), ya que debido al agua acumulada en el terreno de la capital, sobre todo en épocas donde abundan las precipitaciones, la humedad impregna cimientos, muros y paredes, llegando al interior de las viviendas.
Una vez generado el problema, se producen situaciones peligrosas, ya que se resta poder de carga a la estructura, provocando los conocidas patologías derivadas de la humedad estructural, algo demasiado común en esta provincia. Además, también puede llegar a provocar riesgos para la salud de los habitantes de las viviendas, por la presencia excesiva de humedad y la aparición de mohos, hongos y microorganismos de todo tipo.
Así, ante los primeros síntomas como caídas de pinturas de las paredes o florecimiento de mohos, no debemos esperar, ya que la solución puede variar en función al diagnostico eficaz y efectivo que se haga del problema. Si es correcto, tendremos la tranquilidad de continuar nuestra vida en la capital sin preocupaciones, si no, se abrirá un nuevo mundo de disgustos, complicaciones e inconvenientes. La diferencia entre la tranquilidad y preocupación está en un equipo de profesionales cualificados, que conocen muy bien todas las patologías presentes dentro de la comunidad de Madrid. Murprotec, garantía de tranquilidad.