Ya hemos comentado en varias ocasiones que las humedades afectan a toda la estructura de nuestra vivienda, y en consecuencia, a todos los elementos que en ella se encuentran.
Y su efecto siempre comienza silencioso, lento, pero imparable, para que cuando nos queramos dar cuenta, tal vez ya sea demasiado tarde. Y esta manifestación tardía (unida a unas soluciones poco efectivas) es la que provoca grandes catástrofes.
En este caso, vamos a imaginar la combinación que puede tener una humedad mal tratada y un circuito eléctrico. Y a muchos nos viene a la mente el caos más absoluto: Fallos en conexiones, cortocircuitos, posibilidad de incendios, y un largo etc. Y todo esto, por la capacidad que tiene el agua para conducir la electricidad.
¿Y como llega el agua hasta nuestros circuitos, si se encuentran “atrapados” en el interior de las paredes?.
La respuesta es tan sencilla de explicar como complicada de diagnosticar si no se dispone del conocimiento y la experiencia adecuadas: Capilaridad. Y es que, no es demasiado complejo que se humedezca nuestra instalación eléctrica si estamos sufriendo un problema de capilaridad.
En este tipo de patología, el agua asciende desde el terreno donde está construida nuestra vivienda hasta zonas superiores de la misma. Avanza por cimientos, muros y estructuras si no tienen una protección adecuada, pasando por lo más profundo de las paredes y afectando a las instalaciones que en el interior “habiten”. De este modo, el agua puede hacer de las suyas, y afectar a enchufes, cuadros de luz….
Y es que esta tensión que se genera va mucho más allá del simple cortocircuito o cable afectado.
A la solución de la humedad hay que añadirle una revisión, reparación y saneamiento completo de todo nuestro circuito eléctrico, ya que la electricidad no es cosa de juego y habrá que tener una total seguridad de que el agua no ha alcanzado más zonas. Por tanto, también nos afectará en materia económica.
Por todo esto, hay que estar muy atento y prestar atención a todos los pequeños detalles y cambios que se produzcan en nuestro hogar, para que al menor síntoma, podamos buscar de una manera rápida y efectiva la mejor solución. Porque la alta tensión hay que dejarla en manos de los mejores profesionales, para que la controlen y evitemos así, preocupaciones y disgustos innecesarios.