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Lo bueno y lo malo del invierno

En pleno invierno y con el frío a toda vela, los calurosos se encuentran mejor que nunca, eso sí, si no pasan mucho tiempo en la calle porque con estas temperaturas, es difícil soportarlo. En general, a todos nos gusta esta época porque empieza a nevar, llegan las navidades, las compras, los regalos y la familia se junta para celebrar un año más.

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A los que son frioleros, este tiempo no les sienta tan bien. Con frio todo el día, las manos y los pies helados, muchas capas de ropa, gorro, guantes, bufanda y aún así, sienten el frio en su cuerpo. Y si esta temperatura además les hace que les duelan los huesos, terminan por odiarlo y se pasan la temporada esperando a que llegue un poco de calor.

Es el caso de las personas que padecen algún tipo de enfermedad reumática, pues sufren más dolores y molestias con el frío y la humedad típicas de esta época. Esta reacción la sufren más las mujeres que los hombres, al margen de los tópicos, y son más los casos de ellas los que  presentan fibromialgia, reuma, artrosis o artritis reumatoide.

Los dolores en los músculos y en los huesos que causan estas enfermedades, a veces, no son fáciles de paliar ni con los medicamentos. En el caso de los más mayores, la situación además se dificulta. Su vulnerabilidad les impide llevar una vida totalmente saludable al no poder mantener unos hábitos de ejercicio y movimiento necesarios por un obligado sedentarismo en muchos casos.

Intentar reducir las molestias, que aparecen con más frecuencia en las extremidades, no es tarea fácil pero sí se pueden seguir algunas pautas para ayudar a remitir el dolor.

–          Aplicar calor en las zonas de dolor más intenso

–          Intentar permanecer en lugares con un ambiente saludable

–          Evitar los espacios con corrientes de aire o expuestos a la humedad

–          Abrigarse bien

–          Llevar una dieta equilibrada

–          Mantener como costumbre algún tipo de actividad física o ejercicio

–          Salir a pasear y hacer movimientos con brazos y piernas para que no pierdan la movilidad y elasticidad

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Llevar estos consejos a la práctica puede favorecer la reducción de los síntomas y facilitar el día a día de las personas que padecen estas dolencias. Así, en los momentos más importantes y familiares como en la próxima Navidad, podrán disfrutar de las fiestas y celebraciones sin preocuparse tanto de los dolores.

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