Comenzamos con una nueva serie de artículos, esta vez viajando al sur de la península para encontrarnos con Andalucía.
Bien conocida por su mezcla de culturas, su gastronomía y la amabilidad de sus gentes, es por su climatología por lo que es más reconocida la comunidad andaluza.
Málaga es una de las provincias que turistas ingleses, alemanes y del norte de Europa eligen año tras otro como lugar vacacional y que muchos de ellos señalan en el mapa como el destino de su jubilación. El clima cálido de la provincia costera, con un invierno suave y un verano alejado de las altas temperaturas de las provincias interiores, como Sevilla o Jaen, la hacen un lugar idóneo para disfrutar del sol, la buena comida y la tranquilidad.
Siendo una provincia litoral, cabría esperar que la lluvia fuese habitual, aunque no es el caso de Málaga y es uno de los motivos por los que es elegida para residencias de todo tipo. Lejos de lo que podamos pensar, Málaga se encuentra por encima del 70% de humedad relativa, incluso en verano, haciendo de la provincia andaluza un buen caldo de cultivo de humedades.
No solo su condición costera, si no la abundancia de viviendas cercanas al mar, y la presencia habitual de garajes y sótanos, hacen que las manchas oscuras en las paredes sean bastante habituales en las blancas viviendas malagueñas, no solo afeando el paisaje sino haciendo de nuestra vivienda un lugar poco salubre.
También son muy comunes las viviendas unifamiliares y los grandes complejos turísticos que tienen un nivel de ocupación muy dispar a lo largo del año y hacen que la vigilancia sea de suma importancia.
Los problemas por filtraciones y capilaridad son las más habituales y es fácil encontrar humedades debido a estos factores en muchos lugares.
Incluso dichos problemas han llevado a la Diputación de Málaga ha establecer una linea de actuación para arreglar el mal estado de conservación de La Malagueña, la famosa plaza de toros, que se encuentra afectada por graves problemas de humedades. Manchas, desconchones en la pintura y deterioro de la estructura que hacen peligrar una construcción considerada como Bien de Interés Cultural desde 1981.
Tanto si es en nuestra vivienda, como en estructuras irónicas de nuestra ciudad, las humedades nunca son cosa de broma y aparecen incluso cuando pensamos que el clima no puede ser mejor. Por eso es importante atajar los problemas desde su origen y disfrutar del buen ambiente y las vacaciones como se merecen.
