Desde el año 2012, el día 15 de abril se celebra el Día Mundial del Arte.
Una fecha clave que tiene como objetivo señalar la importancia del arte en el pensamiento creativo, la mejora en la resolución de problemas y, en definitiva, su influencia en la evolución de la sociedad humana. La fecha elegida, que rememora el nacimiento del artista e inventor Leonardo da Vinci, busca reflejar la importancia del arte como reflejo de la expresión humana.
Varios estudios científicos han señalado la importancia del arte en la educación para fortalecer y mejorar procesos como la concentración, la creatividad, la confianza y conceptos más sociales como la tolerancia y la sensibilidad.
Durante este día 15, muchas organizaciones promueven exposiciones, talleres, cursos y foros como parte de una agenda repleta de cultura y homenajes al arte. Está claro que la educación es esencial para mantener viva la llama del arte, pero hay ciertas amenazas externas que pueden provocar que nuestro arte sufra.
Las humedades, presentes en muchos museos y edificios culturales, son una gran amenaza para libros, cuadros y todo tipo de obras de arte. No solo hablamos de conservar el arte y la cultura en los grandes edificios y museos, si no en nuestras propias casas, manteniendo a salvo nuestros libros y obras de arte.
Humedades y libros
La fibra de papel no deja de ser un tejido vegetal prensado que sufre en gran medida con la presencia de humedades. Además, tendemos a almacenar los libros en estanterías, o incluso trasteros, a los que no prestamos atención durante largos periodos.
Murprotec, empresa líder en el tratamiento contra humedades, señala que “si se detecta olor a humedad proveniente de una estantería de libros, es probable que exista un problema de humedades”. Debido al material de los libros, éstos son más sensibles a la aparición de moho y malos olores.
Vigilar las zonas de almacenaje y hacer pequeñas limpiezas periódicas nos pueden ayudar a detectar el problema.
Humedades y madera
La mayoría de cuadros y una gran cantidad de obras esculturales, utilizan este material. Además, muchos muebles de almacenaje o exposición, como las vitrinas, son de madera. Todos conocemos el efecto de las humedades en la madera. No solo son capaces de deformar y pudrir la madera, si no que pueden atraer organismos que aceleran el proceso de descomposición.
Es el caso del moho o de las termitas que pueden obligarnos a destruir nuestras obras o muebles, si no atajamos el problema a tiempo.
Cuidado con algunas soluciones
Murprotec alerta sobre el uso de productos con capacidad deshumidificadora. “Las bolas antihumedad, deshumidificadores o pinturas antihumedad, pueden atajar o retener los excesos de humedad, pero ninguno de estos métodos puede eliminar el origen de las humedades”.
Un problema que conocen bien muchos de los museos de nuestro país, que se enfrentan a graves fisuras y grietas originadas por filtraciones laterales o capilaridad, y que no son exclusivos de este tipo de edificios. Antes de eliminar el exceso de humedad, y pensar que el problema está solucionado, hay que buscar la fuente de dónde proceden las humedades.
Mantener a salvo la impronta de la cultura y el arte no es solo una cuestión de educación y actos como los de este Día Mundial del Arte, también debemos responsabilizarnos de factores externos que pueden dañar o incluso destruir nuestra cultura. Si queremos proteger el arte de la manera que merece hay que promocionarlo, cuidarlo y sobre todo protegerlo de problemas externos.
Para ello, no hay nadie mejor que los profesionales de Murprotec, que llevan luchando contra las humedades más de 65 años.