Siempre hablamos de los riesgos que causa la humedad y los efectos que provoca en la salud de las personas y en las construcciones. Pues bien, ya podemos hablar con propiedad y además por un hecho reciente. Un caso con consecuencias extremas que ilustra y ejemplifica verdaderamente hasta donde pueden llegar los problemas de humedad estructural.
La Iglesia parroquial de Santa Cruz de Grijota en Palencia, construida en el siglo XVI y actualmente templo de culto y visitas turísticas, ha tenido que cerrar sus puertas. Los muros de la capilla se han desplomado y han arrastrado a la bóveda y al retablo a consecuencia de la acumulación de humedad, hecho que ha repercutido más si cabe en una cimentación ya dañada por el paso del tiempo y que ha llevado a este estrepitoso derrumbe.
Así de agresiva puede resultar la humedad cuando no existe un mantenimiento más o menos constante y adecuado. Además de evitar daños a la propia construcción, una correcta conservación libra al resto de elementos alojados en el interior de sufrir las consecuencias, como en el caso de esta iglesia cuyos bienes de gran valor como una talla de una Virgen con Niño y un San Sebastián ambos del siglo XVI o un retablo barroco del XVII, que aunque fueron rescatados por los pelos del peligro tan solo unos días antes, podrían haberse perdido para siempre.
Lo mismo que puede ocurrir en nuestros hogares, pues los cimientos y los muros de nuestras casas y edificios, si están expuestos a un problema de humedad de este tipo, pueden perder su poder de carga y su estabilidad y, no sólo correr riesgos de derrumbe sino, que los muebles y objetos que tenemos pueden quedar absolutamente destrozados y dañados. Incluso las instalaciones eléctricas, si existen tomas de luz o cableado cerca de un foco de humedad pueden sufrir cortocircuitos o problemas mayores.
Por todo ello, y porque además nuestra salud, que es lo más importante de todo, puede verse afectada a causa de las humedades en casa o en lugares donde pasemos gran parte de nuestro tiempo como es el trabajo, hay que estar pendientes ante los posibles síntomas. Y en caso de que los haya, ponerlos en conocimiento de los expertos. Lo mejor es asegurarse y llamarles porque ellos son los únicos que darán la perspectiva real del problema y la solución más eficaz para eliminarlo y paliar las posibles y futuras consecuencias al nivel que sea.