La desinformación y los bulos pueden ser más dañinos que el problema real. En plena pandemia de COVID-19, y aunque en Europa empieza a ser controlada, las falsas noticias y los bulos se extienden.
En muchos casos este tipo de noticias son engaños poco originales o textos sacados de contexto que solo tienen el afán de conseguir algunas visitas extras. En Murprotec llevamos varios años luchando contra noticias e informaciones que no hacen otra cosa sino acrecentar aún más los peligros de las humedades. El conocimiento popular y los remedios caseros tienen su base, pero no podemos recurrir a este tipo de soluciones cuando tenemos un problema real.
La fuente de información es esencial
Algo que los organismos gubernamentales de medio mundo se han hartado de repetir hasta la saciedad: cualquier noticia fuera de medios oficiales debe ser cotejada y mirada con suspicacia.
Han sido miles de noticias relacionadas con la COVID-19 que han sido desmentidas en las primeras horas. Desinformación, falta de seriedad y ausencia de contraste han llevado incluso a tener que lidiar con noticias que ponían a Italia como primer país en posesión de una cura. En el caso de las humedades, las fuentes de información son muy diversas. El saber popular, el boca a boca y el “a mí me fue muy bien con…” son muy peligrosos.
Uno de los factores fundamentales para prevenir y atajar las humedades es conocer su origen. Un mal diagnostico o un remedio fallido pueden ser muy dañinos en un futuro. Confiar en un diagnóstico profesional es la única forma de tener información contrastada.
Remedios milagrosos
Otro de los focos habituales para los bulos son los que atentan contra nuestra credulidad. Pensar que las gárgaras y el agua caliente curan el virus, que la lejía es un buen remedio o que incluso la nicotina proteja ante la COVID-19 han sido noticias que han rondado las redes en algún momento.
Un foco habitual de bulos que rodea a las humedades desde siempre. El uso de bicarbonato, de sal o de limón, que son capaces de eliminar (o suplantar) los malos olores, se ha extendido a que son capaces de eliminar las humedades. Una conclusión falsa y muy peligrosa. La única forma de acabar con las humedades es atacando a su punto de origen. Ningún remedio popular es capaz de lograr esto por sí mismo.
Productos definitivos
Por último, otra fuente eterna de desinformación y de bulos son los denominados “productos milagro”. Objetos, medicamentos o aparatos que prometen acabar con todos los problemas por un precio muy reducido.
Casos serios como el de las máquinas de ozono, aún en la lista de “a vigilar” de los organismos competentes, el de los tratamientos médicos o incluso la controversia con las mascarillas y los guantes definen a la perfección este tipo de informaciones. De nuevo, la única forma de acabar con las humedades es en su origen. Cualquier producto que prometa acabar con las humedades con una simple aplicación es una señal de alerta. Hay muchos productos que pueden enmascarar los síntomas de las humedades o taparlas, ambas malas soluciones a futuro.
La información más precisa y veraz siempre está en mano de profesionales, acudir a ellos cuando más lo necesitamos es la mejor decisión.