La moqueta es un elemento decorativo casi obligado en aquellos lugares donde el invierno es largo y duro, con bajas temperaturas y alta humedad. Además, las alfombras y moquetas tienen la capacidad de aumentar el bienestar del hogar. Da lugar a pisadas blandas y silenciosas. Disponer de esta cubierta es muy confortable, sobre todo cuando el frío es acuciante, ya que proporciona calidez a nuestro hogar. Sin embargo, cuando llega el verano puede que la moqueta ya no de un servicio tan útil. De ahí que muchos opten por la colocación de alfombras, que pueden guardarse una vez el calor llegue para quedarse una larga temporada.
Pero… ¿cómo se pueden conservar las moquetas y alfombras sin que el paso o las inclemencias del tiempo acaben dañándola? Al marcharse de casa durante un tiempo, mantener una vivienda o padecer problemas de humedad estructural en la construcción pueden ser decisivos para el correcto mantenimiento de la moqueta. A pesar de que los fabricantes se han preocupado en mejorar las características de estos textiles, continúan siendo muy sensibles a la humedad, que se refleja a través de manchas de moho y fuertes olores que acaban por impregnarse en el resto de tu vivienda.
Un edificio con exceso de humedad estructural da lugar a hábitats perfectos para que los hongos y bacterias nazcan y proliferen; de este modo, lo primero que se debe hacer al percibir los síntomas mencionados es localizar el origen del problema, para lo que es necesario contactar con expertos antihumedad. De lo contrario, crecerá hasta el punto de agravar las enfermedades en los inquilinos que estén expuestos a una alfombra o moqueta afectada. Y es que el moho tiene importantes efectos sobre la salud. Entre las dolencias y enfermedades más destacadas está el dolor en articulaciones y las alergias. Las patologías reumáticas y respiratorias son las que más empeoran por los efectos de los hongos generados por la humedad.
Murprotec, empresa líder en Europa en tratamientos antihumedad, diagnostica el origen del problema y propone y aplica soluciones definitivas. Una vez localizado el epicentro, la patología y su solución correspondiente, el moho de las alfombras o moquetas no volverá a generarse. De este modo, las humedades estructurales habrán desaparecido para siempre de la vivienda.