Desde pequeños nos enseñan que el agua y la corriente eléctrica no son amigos y que su combinación puede tener peligrosas consecuencias. Pues bien, no es necesario un gran caudal de agua para que la instalación y los aparatos eléctricos de nuestro hogar se vean dañados. Basta con muros húmedos que filtren la humedad y facilite la penetración de ésta en nuestra instalación de electricidad doméstica.
La humedad puede subir imparable desde la tierra por los cimientos y muros no aislados de las construcciones. Se trataría entonces de un tipo de humedad estructural por capilaridad. Estas humedades tienen efectos en las viviendas nada desdeñables. Desde el deterioro de revestimientos y pinturas hasta la sensación de frío e incomodidad, pasando por un innecesario derroche energético y el debilitamiento de muros.
Entre toda la lista de consecuencias que puede provocar en nuestro hogar la humedad por capilaridad se encuentra el daño que, aunque no visible hasta que los resultados son irreversibles y caros, causan en los circuitos eléctricos. La instalación de electricidad doméstica está integrada en las paredes y muros y si se interponen en el camino que inicia la humedad desde la tierra puede acabar húmeda y provocar accidentes a la mínima chispa.
Así pues, para evitar obras que perjudiquen a la economía doméstica y daños en los aparatos tecnológicos que tengamos enchufados, además de en la instalación eléctrica en general, desde Murprotec recomiendan contar los servicios de sus expertos para evitar males mayores y conservar intacto nuestros circuitos de electricidad, al tiempo que nuestra construcción, de los efectos de la humedad.
Murprotec diagnostica el origen de los posibles problemas de humedad que pueden estar acechando a nuestra vivienda de forma gratuita y aplica los tratamientos contra la humedad estructural más innovadores y seguros, todos ellos con una garantía por escrito de treinta años.