Según la oficina de comercio de China, únicamente el moho causó la pérdida de más de 2,98 billones de dólares durante un año de ventas. Ante este dato, todos podemos quedarnos boquiabiertos y sobre todo, tendremos que empezar a preocuparnos por los efectos que pueda causar en nuestras prendas de ropa, complementos o calzado favoritos, además de prestar especial interés en sus consecuencias nocivas para nuestra salud.
Pero, ¿qué es y de donde sale este poderoso enemigo?. El moho pertenece al grupo de los hongos, existiendo una gran cantidad de especies, siendo las más propensas a aparecer en nuestros hogares las Cladosporium, Penicillium, Alternaria y Aspergillus. Además, en los últimos años, se ha provocado un aumento de los casos de personas sensibles o alérgicas a este tipo de hongo.
Una de las reacciones típicas en interiores puede provocar episodios de asma en personas asmáticas y alérgicas. Como añadido, en personas totalmente sanas, puede llegar a causar rinitis, afecciones varias en el aparato respiratorio, tos o fiebre. Y los más pequeños de la casa, son uno de los grupos con mayor riesgo en contraer enfermedades respiratorias, por estar en contacto con este tipo de hongo. Como podemos observar, ninguno de nosotros nos libramos de sus repercusiones en nuestra salud.
Además, su avance implacable puede acabar con todo lo que almacenemos en nuestros armarios durante un tiempo prolongado, dejando inservibles desde colecciones de zapatos completas, hasta nuestros abrigos favoritos que estábamos deseando ponernos cuando pasase el verano. Y estéticamente, tampoco es nada agradable de ver, provocando manchas en paredes y techos, que difícilmente podremos eliminar si no ponemos una solución adecuada al problema.
Pero, ¡cuidado!, el moho se reproduce a través de esporas que pueden estar “dormidas” durante años, hasta que se generen condiciones propicias para que comiencen a crear su colonia. Y aquí llega uno de nuestros mayores problemas: La humedad excesiva, que facilitará y provocará la aparición de moho. Por tanto, para combatir este poderoso enemigo, hay dos opciones claras: una prevención efectiva y un tratamiento eficaz.
La prevención es fundamental, y quizá uno de los mayores fallos que podemos cometer. Si creemos que tenemos riesgo de que se produzcan humedades en casa, y por tanto, de que aparezcan este tipo de hongos, hay que hacer un análisis en profundidad y exhaustivo de las condiciones en las que se encuentra nuestra vivienda. Nunca hay que dejarlo pasar, tampoco darle menos importancia de la que tiene y por supuesto, no utilizar remedios caseros que pueden tapar el problema, pero nunca solucionarlo.
Si en cambio, hemos llegado tarde, es necesario contactar con un equipo de profesionales que nos ofrezcan la mejor solución para nuestro problema de humedades. No valen medias tintas ni reparaciones para salir del paso. Únicamente con un remedio total y una garantía a prueba de los peores mohos, podremos combatir de una manera efectiva y eficaz a este temible enemigo.