Los muros de la iglesia de San Martín de Valderaduey, provincia de Zamora, están gravemente dañados por las humedades. El deterioro que están provocando estos problemas de humedad que presentan, afecta además a parte del pavimento, que lleva levantado desde el pasado mes de marzo.
“Las abundantes lluvias caídas en la comarca en los últimos días han aumentado el número y el tamaño de las humedades de los muros de la iglesia parroquial. Esta circunstancia agrava el mal estado generalizado en que se encuentra el templo de la localidad. El alcalde del municipio, Julio Herrero, confirma que «día a día se ven crecer las humedades en las paredes y se notan perfectamente en la zona del suelo donde se ha levantado la tarima». Precisamente, el suelo es otro de los asuntos que están en el aire desde el mes de marzo, cuando se levantó el que cubre hasta la mitad de la nave central del templo y, a día de hoy, no se ha iniciado trabajo alguno para cubrirlo «aquí no ha venido nadie». (…) Según información de fuentes consultadas del Obispado de Zamora, los técnicos aseguran que el templo tendría necesidad «de un suelo especial y después de varias pruebas se sigue estudiando la mejor opción posible». Sobre este asunto, Herrero hizo hincapié en que «aún estoy esperando la llamada del secretario del Obispo para mantener una reunión sobre la iglesia que me prometió antes del verano» y asegura que «queremos hechos a pesar de mantener el encuentro porque, la verdad es que la iglesia da pena verla como está y ahora más, con la mitad del suelo levantado»”. (Fuente: La Opinión de Zamora)
El deterioro que la humedad estructural en los materiales de construcción y en el interior de los edificios es tan importante, que no solo es una cuestión de manchas negras, mohos y malos olores, sino que, puede poner en peligro la solidez de la estructura de los edificios.
Murprotec, profesionales especializados en el diagnóstico y tratamiento contra las humedades estructurales, conocen estas consecuencias y recomiendan siempre acudir a los expertos para erradicarlas definitivamente, pues de no ser así, pueden ocasionar efectos irreparables en la estabilidad y solidez de cualquier edificio.