La Comunidad de La Rioja se caracteriza por inviernos fríos y veranos moderados. En las zonas más altas de la Tierra de Cameros y en las Sierras encontramos el clima de montaña. La Rioja Alta tiene más precipitaciones que la Rioja Baja, inviernos más fríos y veranos con calor moderado. Asimismo, el cierzo, viento del noroeste, frío y húmedo, es frecuente durante el invierno y parte de la primavera.
Todas estas particularidades hacen de La Rioja una región con graves problemas de humedad estructural ya sean por capilaridad, por filtración o por condensación.
Las humedades por capilaridad provienen del suelo y suben por los cimientos y muros por el efecto poroso y de gran capacidad de absorción de juntas y ladrillos. Un tipo de humedad que puede ser grave si no se trata a tiempo y termina debilitando la estructura de los edificios y poniendo en peligro la estabilidad de estos. De ahí que las viviendas unifamiliares, de planta baja o antiguas sean las que más acusan estos problemas. Las humedades por filtración lateral se producen debido a la penetración del agua dentro del edificio a través de la pared de forma lateral presente al otro lado de un muro –en este caso, el entorno húmedo externo a la casa–. El agua que acompaña a esta humedad penetra a través de ellos y los va degradando lentamente, debilitando poco a poco su estructura.
Además de un riesgo para la estructura y un problema estético y de olores, los efectos de la humedad sobre la salud son de suma importancia, especialmente para los bebés y ancianos, que son los grupos de población más débiles al moho y más vulnerables a sus consecuencias. Afecciones como asma, sinusitis, alergias, problemas respiratorios o reumáticos pueden aparecer o agravarse al convivir con las humedades.
Cambios de temperatura entre exterior e interior
Asimismo, La Rioja cuenta con grandes cambios de temperaturas entre el exterior y el interior de las viviendas, así como deficiencias constructivas en cuanto a la impermeabilización de los inmuebles. Por este motivo también son muy frecuentes las humedades por condensación. Regueros de agua en las ventanas, cristales empañados o manchas de moho en los muros, serán algunos de los primeros síntomas que podrán darse. Esta patología se produce, fundamentalmente, cuando el vapor de agua supera el 45% del ambiente de una estancia y ocurre debido a la tendencia actual de aislar los hogares de una manera excesiva y no ventilar adecuadamente, sumado a la humedad del ambiente que aportan los habitantes (actividades como bañarse, lavar, cocinar, secar la ropa…).
Por estos y muchos más motivos es importante detectar el foco de la humedad y eliminarla definitivamente con tratamientos y trabajos que asegures que los síntomas y consecuencias de este grave problema se quede de puertas para fuera de nuestra vivienda.