En este tiempo en el que la gripe es una epidemia y los resfriados han decidido alojarse en nuestra casa, de momento sin pensamiento de irse de ella, no solo los ibuprofenos y paracetamoles circulan de unas manos a otras; los antibióticos también forman parte del día a día, aunque sin prescripción médica en muchos casos. Este hecho no deriva de que en los centros de salud no nos receten las medicinas que creemos que atacarán de raíz nuestro problema; sino porque, según los especialistas, el 90% de los resfriados y gripes tienen su origen en un virus, por lo que estos medicamentos que creemos capaces de curarlo todo poco tienen que hacer en estos casos, lamentablemente.
Un informe emitido por el Centro de Investigación sobre Fitoterapia (INFITO) concluye que en 2013 el 80% de los españoles sufrieron molestias en la garganta, que se agravan en cualquier caso por los cambios de temperatura y humedad que experimentamos a lo largo del día. La mejor forma de atacar a estos virus es llevar una alimentación rica y variada, con suficientes alimentos de cada grupo alimenticio; cuantos más colores añadamos a nuestra mesa, más sanos permaneceremos, ya que nuestras defensas saborearán todo tipo de vitaminas y activos. Dicho esto, automedicarse no es la solución, menos aún cuando abusamos de antibióticos, sin prescripción y libremente; la mejor y más eficaz manera de esquivar a estos virus que nos quitan la respiración está en nuestro modo de vida: ha de ser saludable, empezando por una dieta variada y equilibrada.
No obstante, hay veces que escapar a esta epidemia vírica propia de esta época del año es imposible. Y cuando esto ocurra debemos tratar de mejorar tanto las condiciones de nuestro propio cuerpo como la del lugar en el que desarrollamos nuestras actividades cotidianas, nuestra casa en este caso. Por ello, para no empeorar, una vez el virus nos ha alcanzado, tenemos que asegurarnos de que los cambios de temperaturas no son bruscos. No hablamos de mantener la casa con todos los radiadores en marcha, sino de algo que va más allá: lo que proponemos desde Murprotec es controlar el nivel de humedad estructural para que las corrientes de aire frío no tengan cabida en la vivienda. Este es el primer paso para que, al menos dentro de casa, no pasemos del calor al frío en cuestión de unos pocos pasos.
Muy importante también es tratar los síntomas de los resfriados o gripes. En este caso, antes de tomar ningún medicamento –ya sabemos que los antibióticos no nos servirán de nada en este caso, y mucho menos si lo hacemos por nuestra cuenta- es conveniente consultar su fecha de caducidad y, una vez más, el lugar en el que los almacenamos. Porque de igual forma que nuestro cuerpo se resiente debido al exceso de humedad en casa (más incluso que lo hace la propia construcción), los productos que están en ella también. Este es el caso de los medicamentos, a los que les afecta la humedad especialmente, llegando incluso a aminorar sus principios curativos.
En Murprotec no somos doctores, pero a diferencia de ellos que no pueden más que recetar paciencia a los pacientes de gripe, nosotros sí sabemos con qué tratamiento acabar con los problemas que producen efectos colaterales en nuestra salud. Contamos con los mejores antibióticos contra la humedad. En estos casos sí que son útiles los tratamientos que aplicamos.