Elegir dónde vas a vivir es una de las decisiones más importantes que tomarás a lo largo de tu vida. El precio y las condiciones bancarias son los factores que más marcan la decisión, pero no podemos olvidar mirar hacia el futuro y pensar en si esa “nueva casa” será nuestro sueño durante mucho tiempo.
Los nuevos materiales de construcción, el viraje de la climatología y la necesidad de un sistema sostenible adquieren cada vez más importancia en la elección de un nuevo hogar. Saber cuánto nos va a costar mantener nuestra casa puede resultar tan importante como saber cuánto vamos a tener que pagar cada mes en concepto de alquiler o hipoteca. Un 30% de los inmuebles sufren problemas de humedades en algún punto de su ciclo de vida.
Te contamos cómo evitar ese porcentaje y a estar atentos a algunos detalles que solemos pasar por alto.
Climatología y orografía
¿Quién no sueña con tener una casita en la playa o en la montaña?
Deseos habituales que bien pueden terminar en buen puerto. Antes de elegir tu nueva vivienda, deberías saber a qué clima te vas a enfrentar y cómo afectaran los accidentes geográficos a tu casa. El clima costero suele ser más suave, pero también más lluvioso. Además el salitre es un factor muy a tener en cuenta. En el caso de la montaña, nos enfrentamos a climas con mucha más diferencia térmica día-noche y a ambientes, por lo general, muy húmedos. La presencia de ríos o pantanos incrementa la humedad relativa y la presencia de nieblas. Factores muy influyentes a la hora de combatir las humedades.
La opinión del experto (Murprotec lleva más de 60 años al frente de los tratatamientos antihumedad): “En la costa, las humedades por capilaridad o filtraciones laterales añaden el problema del salitre. Una buena vigilancia y buenos aislamientos son clave”.
“En climas fríos y húmedos es importante vigilar el estado del aislamiento, pero también cómo el hogar lidia con las diferencias de temperatura. En este tipo de climas las humedades por condensación son muy habituales”.
Ubicación y orientación
Puede parecer una decisión sin importancia. Pero la orientación de nuestro inmueble, la posición de ventanas y el tipo de vivienda pueden influir en gran medida en los gastos de mantenimiento.
Un piso elevado estará más a salvo de problemas con las canalizaciones e instalaciones de fontanería, ambos factores importantes en problemas de humedades por capilaridad y filtraciones laterales. Pero también estará más expuesto, y más vulnerable, a los cambios de temperatura y por lo tanto a las humedades por condensación. En los pisos más cercanos al suelo la situación es al revés. Mayor exposición a problemas de canalización, vivienda más protegida contra el clima.
En el caso de viviendas unifamiliares o adosadas, hay que tener en cuenta que al incremento del mantenimiento de temperatura, hay que sumar la presencia de masas de tierra anexas y la importancia de los sistemas de drenaje.
La opinión del experto: “La mayoría de intervenciones en pisos son a causa de deficiencias del inmueble en canalizaciones o problemas de hábitos de ventilación o calefacción”. “En viviendas unifamiliares, la mayoría de intervenciones se originan por problemas de drenaje durante épocas de fuertes precipitaciones”.
Tener unas pinceladas sobre el clima y la ubicación de nuestra futura vivienda puede suponer la diferencia entre una casa de ensueño o una de pesadilla.