El verano ha terminado, hemos tomado un merecido descanso durante las vacaciones y es hora de volver a nuestros hogares para retomar las rutinas diarias. Cuando nos marchamos, pensamos que lo dejamos todo en perfectas condiciones, pero al volver, nos encontramos con una pequeña mancha en la pared o con un singular olor que antes no percibíamos.
Pero, ¿qué ha pasado?, ¿es que no podemos volver de vacaciones tranquilos y relajados sin que haya más problemas?. Por desgracia, los problemas de humedades no conocen las vacaciones ni por supuesto, respetan nuestra vuelta a la rutina. Una vez que nos hacemos a la idea, toca la tediosa labor de todos los años (porque no es la primera vez que nos pasa), hablar con el vecino, con el seguro, mirar en internet (otra vez) a ver si ha surgido algún método milagroso para eliminar estos molestos problemas….
Y otro año más, invertimos nuestro tiempo (ese que tendríamos que estar usar para aclimatarnos, preparar la vuelta al colegio de nuestros hijos o para hacernos a la idea de la vuelta al trabajo) en intentar solucionar un problema, que sin un buen diagnóstico eficaz y profesional, probablemente volverá a aparecer.
Pero realmente, las verdaderas preocupaciones derivadas de los efectos de la humedad no son las que podemos pensar en primera instancia. En muchos casos, creemos que son meramente estéticas, y que con un arreglo rápido saldremos del paso, pero normalmente, podrán derivar en problemas muy serios tanto para nuestra salud, como para la de todos los seres queridos que vivan en nuestro hogar.
Y es que un nivel de humedad inadecuado puede derivar a que el aire este repleto de partículas como hongos, mohos, polvo… En resumen, microorganismos nocivos para la salud humana. Además de la presencia de ese fuerte olor tan característico que hará que nuestra acogedora y confortable casa, pueda convertirse en un lugar que no quiera ser visitado por nadie.
Por tanto, la solución nunca tendrá que pasar por un rápido e improvisado parche para salir del paso, que lo único que hará es que gastemos más tiempo y dinero, aparte de no terminar de solucionar el problema del todo, sumando preocupaciones año tras año.
Las humedades son difíciles de tratar, ya que el comportamiento del agua es absolutamente imprevisible y muchas veces ver el origen es una tarea muy complicada. Por eso, es muy importante contar con los mejores profesionales para detectar el origen del problema, realizar un diagnóstico eficaz y poder de una vez, volver de nuestras vacaciones, con la tranquilidad de no encontrarnos con nuestra vieja amiga: La humedad.