El otoño sigue adelante con su caminar pausado y melancólico. Las temperaturas nocturnas siguen bajando y los días se acortan a la espera de la llegada de las navidades. Una época de cambios, de rutinas y de oportunidades para asegurar que tu casa es un fortín a prueba de problemas de humedades.
Esta semana te traemos la segunda parte de esas tareas típicas de otoño que puedes aprovechar para darle una vuelta a la casa y asegurar que las humedades no están en la lista de “por hacer”.
Un repaso al trastero
Uno de los pocos momentos en los que los trasteros no son los grandes olvidados es el otoño. El cambio de la ropa de temporada, la vuelta a la piscina o al gimnasio o el repaso al orden del lugar más caótico del hogar son motivos más que buenos para hacer una revisión. Una pequeña inspección a techos, paredes y posibles desperfectos nos pueden salvar cuando las lluvias y el frio sean inevitables.
Hay que recordar que los trasteros son una de los lugares más habituales para la aparición de humedades.
Esas pequeñas obras para después de vacaciones
Pintar, cambiar ese mueble de la entrada que no me termina de gustar o reemplazar las luces del salón. Para alejar la rutina habitual del otoño todo es viable. Esas pequeñas obras que suman al confort de nuestro hogar y a mantener el aburrimiento a raya, pueden servirnos de excusa para revisar paredes, techos y posibles desperfectos por humedades en muebles.
Muchas veces las humedades pueden estar escondidas tras armarios o la vieja pintura.
Frutas y verduras de temporada
Ya no apetece tanto un helado o un buen trozo de sandía. Pero las alternativas de otoño también son muy buenas. También es el momento idóneo para limpiar y revisar los lugares y contenedores que utilizamos para almacenar nuestras frutas y verduras. Lugares predilectos para insectos y humedades.
Tarde de manta y sofá
Posiblemente uno de los placeres más aplaudidos del otoño. Una peli, no tiene porque ser buena, el sofá y una manta donde pasar acurrucado la tarde. Olvidados en verano, los muebles y las mantas son dos de los objetivos preferidos de las humedades. Revisar que los problemas están alejados es cuestión de unos segundos y un seguro para una tarde tranquila en compañía.
Las hojas que caen
En el top 3 de ventajas del otoño todo el mundo nombraría los paisajes otoñales. Los árboles regalan una bonita estampa antes de quedarse desnudos para el invierno. Pero todo lo que es idílico esconde algún secreto más oscuro. Las hojas que caen terminan por pudrirse y atraer más humedad e insectos.
Si tu casa tiene jardín o vegetación cercana, es el momento de asegurarse de que no tienes canalizaciones obstruidas o lugares donde se amontone el detritus (la materia vegetal en descomposición). Dar un paseo otoñal, tomar un buen café caliente o volverte a poner es sudadera que tanto te gusta, son placeres que cualquiera disfruta.
Las pequeñas tareas rutinarias también nos pueden servir para prevenir problemas de humedades que pueden aguar la llegada del invierno y convertir nuestro hogar en una pesadilla y no un lugar donde pasar una buena tarde de sofá y peli.