La provincia granadina es muy conocida por varios motivos. Seguramente muchos piensen en la Alhambra como su argumento principal. El antiguo conjunto musulmán fue nombrado patrimonio de la humanidad en 1984 y es uno de los conjuntos históricos más visitados de nuestro país.
Granada también es una de las provincias famosas por el binomio mar y montaña, que en la provincia andaluza toma su máxima expresión por la presencia de Sierra Nevada, que cada año se convierte en un reclamo para los amantes de los deportes de invierno.
Además, la provincia granadina tiene un curioso clima debido a su orografía y la presencia de el Mediterráneo y la influencia atlántica en su clima. Pasando así de climas semidesérticos como los del norte de la provincia a climas subtropicales como disfrutan en la costa de Almuñecar.
Esta combinación de climas hace que las diferencias térmicas y de humedad sean muy extremas y que deba prestarse especial atención a sus consecuencias.
Como hemos repasado a lo largo de estos artículos sobre la geografía e historia andaluza, la combinación de temperaturas y humedades extremas con la presencia de conjuntos históricos y monumentales, no es demasiado buena.
La provincia granadina no es una excepción a la norma, y sus diferentes climas propician situaciones en las que las humedades se hacen muy incómodas. Tanto es así que muchos de los municipios granadinos tienen aprobados diferentes medios de actuación contra humedades en las alcazabas de sus localidades.
Caso grave de humedades que habían atacado a la estructura de madera del Hotel Montecarlo, edificio icónico de la catedral que albergó a la familia Lorca en sus inicios, que tuvo que ser derrumbado a causa de su mal estado.
El mismo caso, debido a las altas temperaturas y la humedad, presenta la Huerta de San Vicente, nombre que recibe la vivienda en la que Lorca residió durante largo tiempo, y que presenta síntomas graves de deterioro.
Durante este pequeño viaje hemos reflejado que la ausencia de precipitaciones no tiene porque ser una barrera a la aparición de humedades, y hemos confirmado que la ausencia de mantenimiento, los materiales deficientes o los sistemas de prevención poco eficaces pueden ser más peligrosos que las inclemencias del tiempo.
Las humedades buscan cualquier resquicio por el que salir y la gran mayoría de veces descubrir y eliminar ese origen es la única solución definitiva.