Las humedades en techos se pueden producir por muchos motivos:
- Exceso de condensación en el interior.
- Fuga de agua en la instalación.
- Goteras por deterioro en la impermeabilización de la cubierta.
- Fuga en los sumideros, etc.
Los síntomas de esas humedades se traducen en la aparición de molestas manchas en los zonas de nuestra vivienda.
Y con ellas, aparece el moho y los hongos, que se convierten en un agente que genera ambientes insalubres y perjudiciales para la salud de los habitantes de tu hogar.
La actividad que todos realizamos dentro de nuestras casas, como puede ser cocinar o ducharse, generan una cantidad importante de vapor de agua.
Si nuestro hogar no es capaz de eliminar este exceso de vapor de agua, es muy probable que se originen humedades por condensación.
Y especialmente en lugares o estancias donde se genere un contraste de temperatura notable, bien por su uso habitual o bien por estar en contacto directo con el exterior.
Existen factures que debemos considerar muy importantes en el momento de realizar un trabajo para eliminar de una forma definitiva los problemas de humedades:
- El aislamiento utilizado.
- Su estado de conservación.
- El sistema de ventilación presente en la vivienda.
Y lo cierto, es que en el mercado existen muchas soluciones parciales que pueden ocultar el problema, pero no resolverlo de manera definitiva.
Pinturas antihumedad, ceras líquidas, cámaras de pladur, absorvedores de humedad…ninguno de estos remedios es 100% eficaz.
Las humedades pueden agravar nuestro estado de salud y hacer de nuestra vivienda un lugar menos higiénico. En esos casos es fácil gastar mucho dinero en soluciones poco satisfactorias.
Pero esto, siempre recomendamos diagnosticar el origen de las humedades y tratar de buscar una solución definitiva a dichos problemas, haciendo de los techos de tu casa un lugar bien defendido ante manchas, moho, hongos y todos los problemas relacionados.