Que la primavera la sangre altera es un hecho conocido por todos. Cuando los rayos del Sol comienzan a atravesar las ventanas de la oficina otro ambiente se respira. Estamos más alegres, más activos, quizá con más ganas de salir y disfrutar del buen tiempo. Algo contrario ocurre cuando los días se suceden entre nubes y lloviznas. A pesar de al mal tiempo hay que ponerle buena cara, no siempre es fácil. Salir de casa y tener que recurrir al paraguas de buena mañana, no es la mejor forma de empezar el día. Aunque después de la tormenta siempre llega la calma, la jornada se tuerce nada más comenzarla.
Son muchos los refranes populares que hacen referencia al tiempo atmosférico y que usamos diariamente. Resulta que se corresponden perfectamente con el sentir popular. Pero no sólo la sabiduría y la tradición popular nos habla de cómo el tiempo nos afecta al estado de ánimo, existen numerosos estudios que así lo acreditan. Un informe publicado en el British Journal of Psychology concluye que tanto las altas temperaturas como las horas de sol reducen los niveles de ansiedad y aumenta el pensamiento positivo. Por el contrario, la misma publicación asegura que la humedad en demasía, por el contrario, hace más difícil la concentración e incrementa el cansancio.
Está claro que no podemos controlar las inclemencias del tiempo. Si viene una época de lluvia y frío en el que no hay día que se pueda prescindir del paraguas poco podemos hacer. Esto nos obliga a permanecer encerrados en casa, a pasar más tiempo con nuestra pareja y familiares y a renunciar a las actividades de ocio al aire libre. Una serie de factores que, en un momento dado, esporádicamente, puede ser placentera: sofá, mantita y peli; pero que cuando se repite por imposición externa deja de ser tan agradable y nos irrita. Un cabreo que se incrementa si dentro del hogar, además, tenemos algún problema como las humedades.
En estos casos, ya no sólo nos vemos obligados a permanecer en casa, sino que tenemos que hacer frente, día tras día, a esa mancha de moho imposible de quitar, al mal olor que desprenden los armarios del baño o al vaho que se acumula constantemente en los cristales y nos hace más duro aún el encierro en el hogar. Esta irritación tiene fácil arreglo, ya que la causa la tenemos localizada: un problema de humedad estructural. El siguiente paso es fácil, buscar el origen del problema y arreglarlo, para lo que está Murprotec más que dispuesto. Ellos convierten lo desagradable en cómodo, cálido y apacible.
Ahora bien, una vez hemos librado el problema de humedad que dificultaba el tiempo dentro de casa, hay otros remedios para superar la irritación que causa el mal tiempo y la permanencia obligada en el hogar: hay que salir. Con paraguas, impermeable, botas de agua y hasta bajo la lluvia. Hay que buscar el romanticismo y la parte divertida y con encanto de casa situación. ¿Quién no ha querido siempre cantar bajo la lluvia? No desaprovechemos la ocasión.