Tras el hallazgo de una piedra de granito de grandes dimensiones en los juzgados de Colmenar en Madrid, el Ayuntamiento ha puesto en marcha un “control preventivo” para detectar la posible presencia de gas radón en edificios municipales y en los colegios de la zona. Este gas nombre proviene principalmente de la parte baja de construcciones asentadas en granito, concentrándose en edificios que poseen sótanos sin ventilación o lugares subterráneos en contacto con el terreno.
El radón es un gas que se produce de manera natural en el subsuelo, no tiene ni color ni olor y se da tanto en el interior como en el exterior debido a las corrientes de aire. Se produce mayor cantidad de gas radón en zonas graníticas, ya que este tipo de material contiene más uranio y torio que otro tipo de piedras como las areniscas, carbonadas o basálticas. Las comunidades con mayor riesgo son Galicia, Castilla y León, Extremadura, Comunidad de Madrid y ciertas zonas de Castilla La-Mancha.
En las viviendas, se alcanzan concentraciones más elevadas en plantas que tienen un contacto directo con el terreno – como pueden ser los sótanos o garajes- ya que este gas se puede colar por las grietas de la edificación, juntas mal unidas, sumideros o desagües, entre otros.
¿Cómo afecta este gas noble a nuestra salud?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que entre el 3% y el 14% de los tumores pulmonares están provocados por la inhalación de radón, posicionándose como la segunda causa del origen de los mismos, por detrás del tabaco. El principal problema es que el radón no emite olor, no se ve y sus efectos, a corto plazo, no producen dolor. Los efectos se comienzan a notar a largo plazo, cuando la exposición al gas ha sido prolongada. Como no se puede detectar fácilmente, lo recomendable es prevenir y evitar las fuentes que puedan provocar que este gas llegue a las viviendas.
¿Se puede prevenir?
Este gas, al ser de origen natural, es inevitable, pero si existen medidas para dificultar que fluya por las viviendas y sea inhalado. La mejor manera de prevención es mantener la edificación sin filtraciones (grietas, juntas, huecos en paredes…) y que el flujo de renovación del aire sea continuo. Pero si aún así los niveles de contaminación siguen presentes, habrá que eliminarlos de forma mecánica.
Murprotec es consciente de lo perjudicial que es el gas radón para la salud y gracias a su Central de Tratamiento del Aire (CTA) contribuye a eliminarlo definitivamente ya que, entre sus características, destaca la purificación del ambiente gracias a su sistema de filtrado del aire, insuflándolo de manera forzada en la vivienda. Asimismo, la máquina CTA ventila de forma continua las 24 horas.