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Conservar en lugar fresco y seco

Hacer la compra cada vez es más difícil. Necesita una estrategia y mucha fuerza de voluntad. Según la zona del supermercado, o lo caprichosos que seamos, empujar el carro por sus pasillos supone saltar muchos obstáculos, y trampas. Precios, antojos y fechas de caducidad. No es tarea fácil atender a estas condiciones y llegar a casa sin arrepentirnos de alguna adquisición, bien sea porque caduque a los dos días, porque requiera una situación especial de conservar en un lugar fresco o seco o porque supera el número de calorías que nos permitimos a la semana.

Alimentos en la cocina

 

En el primer caso, complicada es la solución; en el último, más aún, ya que la gula, como pecado capital, hace casi imposible la tarea de resistirnos. Pero en lo que a la conservación se refiere, por ejemplo, ¿es la nevera un lugar fresco y seco, como indican en las etiquetas? O, ¿es mejor guardarlo en un mueble de la cocina o alacena?

La cuestión de almacenar los alimentos no es baladí, ya que conservarlos de manera adecuada es crucial para mantener intactas sus propiedades nutritivas y evitar que puedan provocarnos problemas sanitarios por su deterioro. Por ejemplo, el queso no es conveniente envolverlo en papel transparente, debido a que favorecemos su sudoración y, en consecuencia, la proliferación de mohos. Elegir un lugar fresco y seco para nuestra comida es una de las claves para poder evitar deterioros y riesgos contra la salud.

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Del mismo modo, aunque creamos que las anchoas están en conservas hay meterlas en el frigorífico, ya que realmente son semiconservas cuando vienen en aceite. Por ello, ni todos los envoltorios son buenos, ni todos los lugares apropiados. En este sentido, elegir entre la nevera o la alacena vendrá determinado por el tipo de alimento. Eso sí, en cualquier caso, la humedad y el calor en exceso no son bienvenidos en la cocina.

Mientras que los productos frescos como la carne, los embutidos, el pescado, las frutas y verduras y la leche (cuando el paquete esté abierto) y el queso necesitan el frío de la nevera para alargar su vida; las patatas y demás tubérculos, los alimentos deshidratados (arroz, pasta, legumbres…), la leche, el aceite y los alimentos en conservas, frutos secos y encurtidos pueden permanecer en los armarios de la cocina, siempre que éstos no sean demasiado cálidos ni tengan demasiada humedad. En este supuesto, estaríamos ante el lugar con las condiciones perfectas para que hongos, como el moho, empezaran a proliferar y afectaran a la comida.

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El moho en los alimentos es tan tóxico como cuando penetra en nuestros pulmones debido a su acumulación en las habitaciones más húmedas de la casa. En el primer caso entra en nuestro cuerpo por vía oral, mientras que en el segundo lo hace por vía respiratoria. Sin embargo, en cualquier de ellos afecta a nuestra salud.

Consejos para proteger los alimentos de la humedad

La cocina es uno de los lugares del hogar donde más humedad se produce y un lugar peligroso para almacenar alimentos si no sabemos qué hacer con las humedades. Murprotec, empresa líder en el tratamiento de humedades, conoce los problemas de condensación de cerca y nos ofrece buenos consejos para proteger nuestros alimentos.

 

Cuida los fondos de armarios

En la cocina es habitual encontrar tuberías de fontanería que recorren el fondo o bajo de los armarios donde almacenamos comida. Revisar las paredes de los armarios, por ejemplo cuando reponemos la compra, es un buen hábito que puede detectar zonas con humedades que alerten sobre una fuga o rotura.

 

Cocina y ventila

Cocinar produce una gran cantidad de vapor de agua. Utilizar medios como campanas extractoras o ventilación adicional es una buena medida para evitar acumulación excesiva. Utilizar tapas cuando estamos preparando guisos o cocidos también evita que el exceso de vapor se acumule en muebles y se produzcan humedades. Al terminar de cocinar siempre es recomendable ventilar bien la estancia para eliminar los excesos de humedad.

 

Vigila habitaciones sin ventanas

Muchas veces habitaciones como alacenas o despensas son pequeños espacios carentes de ventanas. La ausencia de luz natural y ventilación son fuertes reclamos para organismos como el moho o los insectos. Debes vigilar con cuidado los alimentos que almacenas en esos lugares y verificar las condiciones de humedad e higiene periódicamente.

 

Un diagnóstico a tiempo es una victoria asegurada

No siempre podemos mantener a raya a las humedades. Pero podemos estar atentos a síntomas como mal olor persistente, manchas en las paredes o acumulación de condensación.  Todos estos síntomas son una señal de que nuestro hogar no puede lidiar con las humedades. Momento en el que solicitar la ayuda de profesionales puede salvarnos de problemas mayores. Desde Murprotec le ofrecemos un diagnóstico gratuito que puede solicitar aquí para ayudarle a lidiar con las humedades de su casa.

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Uno de nuestros técnicos se desplazará hasta tu domicilio, edificio o local comercial y realizará un diagnóstico completo, gratuito y sin compromiso.

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