Llamada gratuita - de 08:00 a 22:00

Viviendas más saludables en el Norte de España.

Las humedades por capilaridad pueden convertirse en uno de los problemas más comunes en ciertas zonas de nuestro hogar, como plantas bajas, sótanos o garajes. También puede afectar de una manera notable a edificios antiguos o, si nuestra residencia se encuentra en una zona con frecuentes precipitaciones.

Una de las características principales de la zona norte de España son sus abundantes lluvias, que si bien recaen gran parte durante el otoño e invierno, no se libran otras estaciones como la primavera y el verano. Por ello, en muchas ocasiones, y si no se pone un remedio definitivo y eficaz, pueden dar lugar a este tipo de humedades tan molestas y desagradables.

Pero, ¿en qué consiste la humedad por capilaridad?

La capilaridad es una propiedad de los líquidos ligada a su tensión superficial, que le confiere la capacidad de subir o bajar por un tubo capilar. Esto le da posibilidad de vencer la fuerza de la gravedad y poder llegar a alturas donde pueda convertirse en un problema real. Traducido a efectos prácticos, quiere decir que las aguas acumuladas en el subsuelo, pueden ascender hasta las paredes de nuestros hogares.

Los muros de los edificios tienen una gran capacidad de absorción del agua subterránea, y esta se filtra por ellos como lo haría por una esponja. Un edificio puede absorber más o menos agua en función de la porosidad y la permeabilidad de su estructura. Además y debido a su procedencia, este tipo de aguas, llevan incorporadas sustancias salinas que al subir, se evaporan y cristalizan, dejando esas características manchas en nuestros muros y paredes.

paredes_capilaridad

Y esto sucede porque nuestros muros han llegado al límite de su saturación y no pueden absorber más agua, apareciendo así algunos de los síntomas más comunes en este tipo de humedad:

  1. Aparición de salitre y moho en las paredes
  2. Revestimientos y pinturas que se caen.
  3. Daños continuos en las instalaciones eléctricas.
  4. Desgaste desmesurado en marcos de las puertas, suelos y demás materiales de madera.
  5. Aumento del consumo eléctrico (calefacción).
  6. Problemas de salud.
  7. Diversas incomodidades como humedad en ropas o sábanas.

Pero no hay que alarmarse, ya que todos estos problemas, pueden tener solución si actuamos a tiempo. Porque es posible olvidarse de los problemas de humedad, independientemente del clima o la zona donde vivas. Sólo es cuestión de observar y al primer síntoma, contar con un grupo de profesionales, que sean capaces de detectar el origen de las humedades que afectan a nuestro hogar, además de hacer un diagnóstico eficaz, para dar con la solución total que elimine de raíz todos nuestros problemas.

Pide un diagnóstico gratuito

Uno de nuestros técnicos se desplazará hasta tu domicilio, edificio o local comercial y realizará un diagnóstico completo, gratuito y sin compromiso.

    Pide un diagnóstico

    Relacionados

    Cuando tenemos un problema de humedades, a veces puede ser desesperante, pero por suerte existen tratamientos adecuados a cada caso, y en Murprotec llevamos más de 60 años luchando contra estas patologías que tanto daño pueden hacer. Con Murprotec puedes eliminar las humedades definitivamente solo en 4 pasos   ¿Qué incluye el diagnóstico gratuito de […]

    Aspergillus humedades

    Con la llegada de la primavera, es inevitable que todos empecemos a hablar sobre un tema de salud muy asociado a esta época del año. El tema de conversación no es otro que la alergia, que afecta por igual a niños y adultos. La alergia es una reacción extrema de nuestro organismo hacia una sustancia […]

    A la caída del revestimiento de las paredes o los desconchones de pintura habría que sumar también la posibilidad de que el yeso o la escayola del techo se estropeen, a causa de la presencia de humedad en la construcción, hasta el punto de provocar su desprendimiento. Ahora bien, ésta sería una consecuencia en última instancia, ya que antes podrían verse signos como manchas de moho o grietas en el material. Y es ahí, ante la aparición de los primeros síntomas cuando hay que actuar, con el fin de evitar males mayores.

     ¿Hablamos?