La Semana Santa está a la vuelta de la esquina, y con ella nuestras merecidas y próximas vacaciones, muchos de nosotros tenemos en mente celebrar la llegada de la primavera con un merecido descanso.
Y para poder disfrutar de ellas, nada mejor que retirarse en nuestro pequeño refugio para disfrutar de la playa, el campo o la montaña.
Las segundas residencias son esos lugares mágicos que no visitamos todo el tiempo que a nosotros nos gustaría hacerlo, y por tanto, en muchas épocas del año se encuentras cerradas a cal y canto. Por esta razón principal, no es de extrañar que cuando lleguemos a disfrutar de nuestras merecidas vacaciones, nuestro segundo hogar nos reciba con alguna sorpresa inesperada en forma de:
- Malos olores
- Manchas de moho en paredes
- Presencia de humedades en garajes o sótanos
Y es una pena. Toda nuestra ilusión por pasar un periodo de descanso desconectando de la vorágine del día a día se viene abajo por la presencia de las temidas humedades. Y lo que buscamos es encontrar una solución rápida que tape el problema de un modo temporal, para que no nos moleste: este probablemente será nuestro primer gran error.
Este tipo de arreglos normalmente surgen del desconocimiento del fenómeno de la humedad estructural o del error de haber recurrido a métodos caseros, de venta en ferreterías o droguerías o trabajos no profesionales.
Además, los remedios caseros nunca funcionan a largo plazo, y aunque pueda parecer que mitigan o reducen el efecto de las humedades, nada más lejos de la realidad. En nuestra próxima escapada ahí estarán, con más presencia y más gravedad que la última vez que las vimos.
Porque acabar con la presencia de humedades en las habitaciones o el moho en las paredes no es tarea fácil. Y menos aún cuando no tenemos un diagnóstico certero sobre el origen de las mismas.
Y el mayor problema de la presencia de humedades, es que si profundizamos un poco en su origen y analizamos su impacto en la estructura de la edificación, pueden traer consigo consecuencias muy graves en la capacidad de carga de los cimientos y muros, poniendo en peligro la integridad de nuestra residencia.
Además, la salud de los habitantes de la casa también se resentirá, por el empeoramiento que puede suponer en los pacientes de alergias o demás enfermedades respiratorias, la presencia de moho.
Las manchas negras que aparecen en techos y paredes como fruto de la proliferación de moho afean considerablemente las habitaciones. Sin embargo, en estos casos, no valen las pinturas antihumedad o antimoho para intentar que recuperen su aspecto.
Para acabar para siempre con la humedad en las habitaciones, así como para acabar con el moho en las paredes o evitar humedades en sótanos hay que contar con el diagnóstico y tratamiento óptimos.
Pon en manos de profesionales una solución definitiva y eficaz. Céntrate sólo en descansar y disfrutar de tus vacaciones, en campo o playa. Ciudad o montaña.