Ha empezado un año nuevo, la lluvia parece que no quiere asentarse por aquí, ni siquiera por unos días, y el frío no es excesivo. Sin embargo, raro es aquel que no tiene cerca a alguien con síntomas de gripe o resfriado. Pero, ¿cómo podemos diferenciarlos? Sabemos que ambas dolencias no dejan sin ganas de nada, más que quedarnos en la cama, bien arropados y con algún que otro mimo. Pues bien, estas enfermedades son bien diferentes, así como de poco semejantes son los tratamientos a seguir para poder salir de ellas sin que nos dejen K.O.
Mientras que el resfriado es una infección vírica que afecta a la parte alta del sistema respiratorio, la gripe es una enfermedad, también respiratoria, aguda provocada por la presencia en el organismo del virus ‘Influenza’. Por otro lado, los síntomas más comunes de los catarros son los goteos, la congestión nasal y los estornudos; aunque también puede afectarnos a la garganta y darnos tos. En lo a que al virus de la gripe se refiere, las consecuencias más frecuentes de padecerlo son la fiebre alta, los dolores de cabeza, garganta y/o musculares, tos seca, debilidad y cansancio. Todos sabemos de lo que hablamos, tanto en un caso como en otro, pues extraño es aquel que pasa una temporada sin sufrir alguno de estos síntomas.
Identificados los problemas que conlleva lidiar con resfriados o gripe, veamos cómo podemos prevenirlos, ya que para curarlos no hay más que descansar, resguardarnos de las temperaturas extremas y tomar algún medicamento para aliviar los síntomas; son virus que igual que entran en el organismo se desvanecen solos, sin fármacos que ayuden a acelerar la curación. Así pues, prevengámoslo. Para ello, alerta para no contagiarnos. En el caso de la gripe podemos vacunarnos; y, tanto para huir del resfriado como de la gripe, es fundamental lavarnos las manos, evitar el humo y fumar, los espacios cerrados y las aglomeraciones, utilizar pañuelos desechables y no mezclarnos demasiado con gente que esté pasando por la enfermedad.
Las dos enfermedades son respiratorias, por lo que también pueden afectar negativamente en su curación la acumulación de humedad o los cambios de temperatura. Al igual que ocurre con alergias, rinitis o bronquitis. Desde Murprotec, aunque no seamos doctores, a la lista de consejos para evitar contraer alguna de estas enfermedades, también recomendamos estar atentos en casa, ya que convivir con exceso de humedad estructural no nos ayuda a pasar ninguna de estas enfermedades respiratorias, ya sean virus o dolencias crónicas. Humedad en el hogar es igual a la aparición de moho, un hongo que no beneficia para nada a la salud.