Las polillas invaden Madrid
En los últimos días muchos madrileños habrán recibido la visita inesperada de polillas en sus hogares. Tienen un tamaño mayor de lo habitual en esta especie y han decidido hacer escala en la capital en su viaje de África a Escandinavia. Entran en las casas veloces y, aunque despiertan el miedo de sus habitantes, las asustadas son ellas. De ahí el revoleteo de un lado a otro de la habitación, sin rumbo y chocando con paredes, lámparas y muebles.
Se ha hablado de plaga de polillas, pero lo cierto es estos insectos están de paso y no tardarán mucho en continuar su travesía hacia el norte. La excepcional primavera, en lo que al clima se refiere, ha sido el determinante para que las polillas se hayan multiplicado estos días en Madrid. Además, a parte de las que vienen de África, las autóctonas han crecido este año más que otros debido a las abundantes lluvias.
En definitiva, una primavera lluviosa que está a punto de acabar y que ha generado la proliferación de polillas. Agua en exceso que, al igual que el incremento de insectos, puede traer consigo la acumulación de humedad en la tierra y, con ella, pintura que cae, manchas en paredes o techos o mal olor en el hogar.
Las polillas están de paso y no tardarán mucho en emprender de nuevo su viaje a Escandinavia. No ocurre lo mismo con el agua que causa estragos en las viviendas. Éstas se aferran a los hogares en los que entran y es necesario un equipo de expertos para echarlas. A diferencia de las polillas, sin peligro de plaga o epidemia, el exceso de humedad sí puede convertirse en una enfermedad aguda, incluso crónica, para las construcciones.