En nuestros hogares se dan cita muchos contaminantes que hacen que no podamos conservar adecuadamente la salud tal y como nos gustaría, hasta pueden ser causa de trastornos en el sueño.
Entre estos agentes contaminantes nos encontramos con polvo, ácaros, humedad, moscas, mosquitos, cucarachas y polillas entre otros insectos, o restos de alimentos y otros productos tóxicos.
El uso de aerosoles para combatirlos y limpiar estas zonas hace que el ambiente de nuestra casa quede impregnado, lo que junto a la cantidad de bacterias, provoca que el aire que respiramos se contamine y pueda ser la causa de enfermedades y alergias. Y es que, aunque una vivienda parezca que está limpia, siempre hay que tener en cuenta que muebles, alfombras, paredes y techos pueden acumular distintos tipos de microbios, por lo que examinarlos a fondo y mantener la máxima higiene posible de todos los objetos y elementos con los que convivimos a diario, ayudará a que nuestra salud no se vea afectada.
El verano, además, es una época de cambios de temperatura y de lluvias esporádicas que ayudan, por ejemplo, a la proliferación de mosquitos, así que, habrá que mantenerlos a raya para evitar que nos molesten ellos y los productos que los eliminan.