Ahora que muchos ya habrán planificado su salida al bosque en busca del musgo para adornar el portal de belén, es hora de hablar de los seres vivos que proliferan y se expanden en ambientes muy húmedos. Esta planta similar al césped suele encontrarse pegada a las piedras de las zonas más sombrías del bosque. Como los hongos, el musgo es amante del suelo mojado, la sombra y las bajas temperaturas. Por eso, cuando la Navidad se acerca y los más pequeños piensan en cómo escenificar el típico portal de estas fechas se acuerdan de acercarse a las esquinas más sombrías y húmedas del parque, pues seguro que ahí encuentran el verde que necesitan para su escenario navideño.
El musgo en exteriores y los hongos, tipo moho, en el interior de las casas. Aunque este último grupo, al que pertenecen, además de hongos, setas y levaduras, están fuera de las categorías de plantas, animales y protistas, está compuesto por unos seres vivos al que les encantan las superficies más frías y húmedas del hogar, al igual que al musgo. De ahí que cuando vemos una mancha verdecina o grisácea en alguna pared o techo de la vivienda sea signo de un posible exceso de humedad en su estructura. Esta circunstancia puede dar lugar a dudas, por ello la necesidad imperante, como siempre aconsejamos en este blog, de contar con un diagnóstico experto. No obstante, donde no caben dubitaciones es que si los hongos, en forma de moho, hacen entrada en casa es porque ésta es fría y húmeda. De la misma forma que sucede en las piedras más sombrías del bosque con el musgo.
Desafortunadamente, estas especies de interior alimentadas por la presencia de humedad en exceso no pueden recogerse y separarse de la pared como lo hacemos con el sucedáneo césped que adorna los escenarios navideños más caseros. El moho es más difícil de arrancar, de tapar y, por supuesto, de eliminar. Ni raspando con una espátula, ni pintando sobre él; incluso ni haciendo las dos cosas a la vez este ser vivo desaparece. Y es que al final es como una planta; o se arranca de raíz o sigue naciendo en el mismo lugar del que la cortamos.
Un principio que podemos aplicar a los problemas de humedad estructural en los edificios que traen consigo consecuencias como estas sucias manchas. No basta con limpiar o pintar, hay que atacar a su origen, a la causa que lo provoca, para poder frenar su avance y eliminar para siempre. Puede que en Murprotec no sepamos mucho de podas y demás, pero sí que sabemos, y podemos, arrancar de raíz el foco de humedad que tantos problemas como este nos originan.