El moho y los hongos, habitantes principales en ambientes húmedos y oscuros, tienen la capacidad de expulsar esporas que agravan problemas relacionados con el aparato respiratorio. La irritación de mucosas, ojos, garganta o nariz son síntomas clásicos de la presencia de estos organismos. Los bebés, niños y embarazadas son un grupo de riesgo en estos casos. Los primeros debido a que su sistema inmunológico aún no está desarrollado lo suficiente; y en el caso de las embarazadas por estar compartiendo las defensas con el futuro bebé.
El moho puede crecer dentro de nuestra casa por culpa de estas esporas, que se desarrollan mejor en ambientes húmedos.
Y debido a la urgencia… muchas personas tienden a la misma solución: limpiando el moho con algún producto especial, terminaremos con el problema de raíz.
Pero algo fundamental, y que ya hemos tratado más veces es tener claro que si no erradicamos las humedades, no vamos a acabar con el moho. Por eso, la mejor táctica no es limpiar el moho, como si fuese un problema independiente sin más, sino que lo ideal reparar los problemas de humedades de nuestro hogar.
Y además… la prevención es fundamental, y quizá uno de los mayores fallos que podemos cometer. Si creemos que tenemos riesgo de que se produzcan humedades en casa, y por tanto, de que aparezcan este tipo de hongos, hay que hacer un análisis en profundidad y exhaustivo de las condiciones en las que se encuentra nuestra vivienda. Nunca hay que dejarlo pasar, tampoco darle menos importancia de la que tiene y por supuesto, no utilizar remedios caseros que pueden tapar el problema, pero nunca solucionarlo.
Entonces… ¿debo limpiar el moho?
Esta no es una pregunta que pueda responderse con un sí o un no.
Nadie quiere dejar sin limpiar el moho de sus paredes, pero es importante saber que el verdadero problema son las humedades que provocan que aparezca.
Es importante evitar que personas que tengan predisposición a enfermar por culpa de las esporas de este organismo se acerquen al moho.
Recuerda también que las pinturas antimoho que suelen venderse como grandes remedios no tienen por qué resultar tan efectivas como la publicidad nos cuenta. Es mejor no desembolsar mucho dinero pensando en que nos van a solucionar la vida cuando no tenemos garantías de ello.
¿Cómo sé que he acabado con los problemas de moho?
Algo que hay que tener muy en cuenta cuando nos enfrentamos a este inconveniente es que nunca vamos a acabar con el moho definitivamente si los problemas de humedades persisten en nuestro hogar. Esto quiere decir que, por mucho que nos afanemos en limpiar el moho de las paredes, techos y muebles de nuestro hogar, al final lo que va a marcar la diferencia será atacar a las humedades, sean por condensación, infiltración o capilaridad.
Obviamente, no es lo mismo limpiar moho que arreglar un problema de humedades. Para certificar que no vamos a tener que preocuparnos nunca más por el moho, lo mejor es recurrir a profesionales que sean capaces de identificar qué tipo de humedades tenemos en casa, para que nos ofrezcan un diagnóstico y una solución apropiados. De este modo, no volveremos a tener que preocuparnos por el moho.