La sal, la justa, tanto en nuestro cuerpo como en nuestra casas. ¿También las casas tienen sal? Si, cuando la humedad procede de la tierra, trae consigo problemas más allá del agua que penetra en los cimientos y muros. Y es que el agua que asciende por la construcción viene acompañada por sales disueltas, como los sulfatos, cloruros, nitratos y carbonatos de sodio, potasio, calcio o magnesio, que pueden provocar la caída de revestimientos y pintura.
Uno de los efectos más visibles en los edificios que sufren problemas de humedad es el deterioro estético de las paredes, ya que las humedades afectan al revestimiento y a la pintura haciéndola caer y dejando ver desconchones o grietas. A menudo, cuando esto sucede se recurren a las pinturas antihumedad, creyendo que el problema desaparecerá para siempre. Sin embargo, todo lo contrario, después de la inversión y el trabajo, la pintura vuelve a caer y a deteriorarse.
Y es que para eliminar para siempre los problemas de humedad estructural hay que atacar a su origen, siendo ésta la única forma eficaz de que las consecuencias de la presencia de humedades en la vivienda no vuelvan a aparecer. Para ello, desde Murprotec se recomienda realizar un diagnóstico para verificar el origen de dichas sales higroscópicas.
No prestar atención a este tipo de humedades afecta al edificio y suele ser la causa de deterioro más común en los edificios. Por ello, Murprotec no deja de mejorar y avanzar en el desarrollo de tratamientos contra la humedad en sus propios laboratorios de investigación. Seguros de sus buenos resultados, la empresa líder en el sector antihumedad ofrece una garantía de hasta treinta años en todos sus tratamientos.