Ahora que nos esperan unas semanas plagadas de lluvias abundantes, es necesario pararse a reflexionar si es el momento en el que las humedades van a volver a hacer acto de presencia en nuestra vivienda o local.
Y concretamente, y muy vinculadas con la presencia continuada de lluvias, están las conocidas como filtraciones laterales.
Este tipo de humedades son de las más habituales en viviendas, concretamente en zonas bajas y garajes.
Suelen aparecer cuando el agua estancada por esas lluvias abundantes al otro lado de un muro, penetra dentro del mismo de forma lateral (de ahí el nombre). Por todo esto, todas las estancias de nuestro hogar en contacto directo con tierra, son tremendamente potenciales de sufrir este tipo de fenómeno.
Y claro, al igual que sus “dos hermanas”, los problemas no tardarán en venir: inundaciones, deterioro de revestimientos e incluso manchas de moho y salitre (transportado por las aguas que acceden a nuestra vivienda) en paredes.
Pero quizá, el problema más grave, es uno que avanza lento e imparable y que no se observa a primera vista: el deterioro continuado y prolongado de la estructura de nuestra vivienda.
El agua que se va filtrando, además de provocar las manchas antes descritas, irá desgastando ladrillos, hormigón e incluso morteros. Y en caso de exposición prolongada y continuada, puede llegar a degradar la armadura de forjados (llegando a oxidarse).
Por todo esto, es muy importante seguir unos pasos concretos para poder prevenir y solucionar cualquier tipo de problema.
Ya os hemos advertido en otras ocasiones, que este tipo de fenómenos, agravan un problema que ya puede estar presente en nuestro hogar tiempo atrás, y por ello, es necesario estudiar su origen, para proponer una solución definitiva a nuestro problema.
Contar con profesionales, formados y especializados, es fundamental para conseguir dar con la solución definitiva, que nos haga olvidarnos de nuestros recurrentes problemas de humedades, y nos permitan disfrutar de nuestro día a día.