La humedad por capilaridad es aquella que penetra en los cimientos desde la tierra y va subiendo por los poros que encuentra en los materiales de construcción, afectando a las paredes del edificio. Este tipo de humedad puede alcanzar una altura media de 1,5 metros o más en función de los revestimientos del muro, provocando, entre otros problemas, el deterioro de las fachadas. Los zócalos pueden estropearse a causa de las humedades que suben desde el terreno, así como también pueden aparecer restos de salitre en la superficie de la fachada.
En cualquier caso, la humedad por capilaridad puede ser muy problemática, tanto en el interior como en el exterior de las viviendas. La aparición de moho y de corrientes de aire frío en la vivienda, el debilitamiento de cimientos y muros y posibles daños en la instalación eléctrica y el mobiliario son algunas de sus consecuencias más comunes. Todas ellas, más peligrosas cuanto más se alarguen en el tiempo, pudiendo afectar, incluso, a la salud de los habitantes de la casa.
Para evitar que las consecuencias de la humedad por capilaridad se tornen irreversibles es fundamental asilar los cimientos y muros. Para ello, Murprotec ha desarrollado tratamientos eficaces y garantizados hasta treinta años. Y es que los productos y las técnicas patentadas por Murprotec crean una barrera infranqueable por la humedad de la tierra.
La solución de Murprotec a las humedades por capilaridad aporta treinta años de muros secos y paredes impecables, por lo que la estructura de la casa permanece protegida, aparatos eléctricos y muebles a salvo de la humedad y un hogar cálido, donde la sensación de bienestar se impone al frío y la incomodidad que trae consigo su presencia desaparece.