Estos días las calles de Madrid tienen un aspecto muy distinto al de hace unas semanas, quizá al que tenemos en mente al pensar en la capital. La basura se ha adueñado de las calles. Algunos ya empiezan a preocuparse por la insalubridad que esto puede acarrear. Aunque no hay alarma para la salud pública, es verdad que los desperdicios son el caldo de cultivo para muchos seres vivos con lo que no nos gusta convivir. De momento, no hay peligro, el otoño seco que estamos viviendo nos está ayudando a huir de los roedores y parásitos tan temidos. Esto es así porque, además de la acumulación de basura, la humedad constante es una de las condiciones indispensables para que esto seres vivos proliferen, se propaguen y empiecen a ser comunes por las calles más transitadas de la ciudad.
Del mismo modo que en el exterior, la humedad en exceso puede ser determinante, junto a otras condiciones, para que un problema de salud se desate debido a la presencia indeseada de pequeños mamíferos que pueden convertirse en una plaga, dentro de casa tampoco estamos a salvo, si de nuevo el ambiente es más húmedo de lo que debiera. Es más, de puertas hacia adentro, en el hogar, aunque la basura no reine, la población de microrganismos perjudiciales para la salud puede aparecer también. Aquí, sólo son necesarios una temperatura agradable y un nivel de humedad ambiental más elevado de lo que debiera ser para que las colonias de bacterias y hongos se apoderen de paredes y, lo que es peor, se alojen en nuestros pulmones.
Una situación que puede traer consigo el agravamiento de muchas enfermedades respiratorias como el asma, la rinitis o la bronquitis, más graves cuanto menor sea el paciente. Este es el caso del moho, que se reproduce a través de la difusión de esporas en el aire provocando síntomas como sensación de malestar, escalofríos, cansancio, dificultad para respirar o dolores de cabeza… En quienes sufren alergias, estos síntomas se traducen en estornudos, escozor de ojos y garganta y tos.
Sabiendo las consecuencias que puede tener en la salud la presencia de moho en el hogar, sobretodo en los bebés, es fácil ponerle remedio. Una solución que poco tiene que ver con los medicamentos prescritos por el doctor, sino más bien por tratamientos realizados por profesionales de la construcción. Y es que es el exceso de humedad el que provoca la aparición de microrganismos dañinos para los asmáticos y alérgicos, así que curando la estructura de la casa, evitaremos el agravamiento de la salud.