No hay sensación menos agradable que llegar a casa y detectar en el ambiente ese olor a tubería y humedad. La gran mayoría de veces localizamos el problema, en forma de feas y oscuras manchas de moho en la pintura de techos o paredes. Pero, en otras ocasiones, debemos desempolvar nuestra lupa y nuestras dotes detectivescas para encontrar dónde se esconde nuestro enemigo más odiado: el moho.
El moho es un organismo vivo y como tal necesita una serie de condiciones especiales para sobrevivir y proliferar. Las humedades en el hogar proporcionan el perfecto hábitat para el crecimiento del moho y su propagación, pero también lo son los lugares oscuros, donde es difícil que podamos detectar la presencia del moho salvo por sus desagradables síntomas.
Es fácil mirar a paredes y techos y encontrar a nuestro enemigo, pero hay otros lugares (que ni imaginarias), que también albergan un lugar cómodo y confortable para el moho.
Las humedades por capilaridad y condensación tienen una capacidad elevada para colarse por los diferentes recovecos de nuestro hogar y alcanzar lugares que no están muy a la vista y que además pueden servirnos para guardar nuestras preciadas pertenencias.
Seguro que ya imaginas cuál es uno de los escondites favoritos del moho: los armarios.
Puede ser fácil pensar que los productos de limpieza son una solución definitiva frente a cualquier enemigo, pero no menos cierto es que los olores del detergente o la lejía suelen ser fuertes, y eso hace que tendamos a almacenarlos en algún lugar apartado y que no moleste mucho.
¿Imaginas dónde está el segundo lugar preferido del moho para esconderse? : El armario de los productos de limpieza.
¿A quién no le gustan las cenas familiares y amigos? Un ocasión inmejorable para desempolvar tu vieja vajilla —que tanto te gusta y tan poco usas— y disfrutar de una cena magnífica. Pero entonces caes en la cuenta que la última vez los platos no terminaron de secarse y los guardaste en un armario hasta la próxima vez. ¿Adivinas quién esta esperando en el armario de la vajilla?.
¿Quién diría que el moho tiene una capacidad enorme para extenderse?
Todos los días, cuando vas al trabajo o hacer recados, sacas el coche del garaje o el sótano, sí, ese que a veces huele a humedades. Y es habitual guardar el coche después de haberlo limpiado, para protegerlo de la lluvia. ¿Te sorprendería entonces encontrar moho en el tapizado del maletero?
Mantente alerta con las humedades y no dejes que el moho juegue al escondite contigo.