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Las paredes y muros de carga han sido una de las piezas centrales para mantener la integridad de nuestra vivienda intacta.

De su calidad y saneamiento depende que un edificio se mantenga en pie y resulte seguro para todas aquellas personas que lo utilizan, ya sea como vivienda o como lugar de paso. Los problemas de humedades en este tipo de elementos constructivos son un problema al que muchas veces no damos toda la importancia que merece y debe ser tratado con rapidez para evitar males mayores.

humedades estructurales

Cuando un muro de carga sufre problemas de humedades, nos encontramos ante una situación de verdadero peligro. Si la estructura que sirve para sustentar y soportar nuestra casa pierde sus propiedades, dejará de actuar adecuadamente. A los problemas de salud o suciedad se le suma de este modo uno mucho peor: que nuestra casa corra verdadero peligro.

Las paredes de carga son un tipo de partición interior del edificio, cuya función es servir de estructura para sustentar y soportar la construcción correspondiente.

Su función es absorber el peso, y transmitir las diferentes cargas a los cimientos. Para que puedan efectuar con garantías su labor, deben tener un espesor mínimo que variará según lo alta que sea la pared y el material del que estén hechas.

Estos materiales con los que están levantados varían, y una de las características que puede cambiar en función de ellos es su porosidad. La porosidad de un elemento hará que tenga más probabilidad de sufrir problemas de humedades o no.

Los muros y las paredas de los edificios tienen una gran capacidad de absorción del agua subterránea, que es capaz de filtrarse por ellos, dependiendo de su porosidad. En este sentido, cada edificio es diferente y llega a absorber más o menos agua también según la permeabilidad de su estructura.

En el caso de las subidas capilares, los materiales en contacto con el agua subterránea y con la tierra húmeda dejan subir la humedad, que puede llegar a alcanzar un metro y medio de altura. Cuanto más finos sean los capilares, más asciende el agua por el interior de los muros depositando sales higroscópicas dentro de la estructura de la pared, debilitándola y poniendo en jaque su capacidad de carga.

Hay que tener en cuenta que, aunque la gravedad de que un muro de carga tenga problemas de humedades es muy grande, que las sufra una pared de menor importancia para la estructura total del edificio no es tampoco algo que debamos dejar pasar.

Siempre que encontremos humedades en las paredes, debemos encontrar una solución definitiva y erradicarlos antes de que nos hagan la vida imposible.

A todos nosotros nos ha pasado: abrir un armario y ver una mancha, mover un mueble y ver desconchones de pintura o bajar al sótano y percatarse de un fuerte olor a humedades.

Son cosas que suceden en muchos hogares. Es nuestro primer acercamiento a la humedad, ella se presenta y nosotros no le damos demasiada importancia, hasta que hacen aparición las primeras consecuencias visibles.

A nadie le gusta gastar dinero: es una realidad.

Inútiles remedios contra las humedades

Por eso cuando observamos los primeros problemas de humedad en nuestras casas, nos dejamos llevar en muchos casos por los consejos bienintencionados de familiares, amigos o conocidos. “Existe una pintura muy efectiva” o “ventila que con eso es suficiente”, serán de las primeras sugerencias que puedan lleguar a nuestros oídos.

No existe una solución definitiva a las humedades a bajo coste que nos permita olvidarnos de una manera indefinida del problema.

Los remedios de este tipo son simples parches que ocultan las consecuencias de la humedad, pero en ningún caso la combaten de una manera directa y mucho menos, la hacen desaparecer.

  • En el mejor de los casos, realizaremos una inversión reducida para darnos cuenta que semanas (incluso días) después, nuestros grandes temores, han vuelto de nuevo.
  • En el peor de los escenarios, dejaremos pasar demasiado tiempo e invertiremos innumerables recursos en busca de una solución que nunca llega, y que a la larga, desembocará en ciertos problemas de salud o estructurales.

Ceras líquidas, pinturas especiales, ventiladores, respiradores, cámaras de placa de yeso laminado, cámaras bufas, absorvedores de humedad o remedios caseros variados no aseguran en ningún caso, una solución real y definitiva.

El problema real de la humedad por condensación no es la presencia de la mancha, sino el exceso de humedad en el ambiente. Cualquier intervención que se realice contra la condensación es solo efectiva si elimina este exceso de vapor de agua. Las ceras y pinturas esconden el problema, pero no lo eliminan.

En otros casos, como la instalación de cámaras, lo único que se hace es añadir una capa estética que impide que el problema se vea a simple vista, pero nunca lo elimina.

De igual modo, la efectividad tanto de la ventilación, como la de los absorvedores de humedad, es muy reducida para resolver las consecuencias de la humedad.

Por todo esto, es importante tener claro, que solucionar un problema significa eliminarlo por completo y ganar así la guerra a la humedad.

Terminamos con el último de nuestros artículos dedicados a Galicia con la provincia restante: Pontevedra.

Considerada la provincia gallega con más turismo debido a su clima cálido, su orografía compleja que dibuja unos paisajes que se quedan en la memoria del que los visita, y la amabilidad y tranquilidad de sus gentes y pueblos costeros.

Humedades en Pontevedra

Las Rías Baixas contienen una cantidad de núcleos al borde del mar que reúnen unas características determinadas que le otorgan el encanto que lleva a miles de turistas al año a recorrer sus costas. Pueblos pesqueros que alrededor de sus pequeños puertos edifican pequeñas viviendas unifamiliares para disfrutar de la agradable temperatura diurna y la placentera brisa marítima de la noche.

Pueblos como Sanxenxo, Baiona o Porto Novo son magníficos referentes de lugares turísticos que mezclan la tranquilidad de la costa gallega con la buena comida y bebida que atrae a los visitantes.

Pero no todo son ventajas en la provincia gallega, que al igual que sus tres hermanas no se puede esconder de una humedad relativa que supera en muchos casos el 80%, haciendo así que los problemas con las humedades sean algo corriente y común.

Además, si exceptuamos las dos grandes ciudades de la provincia: Vigo y Pontevedra; donde las edificaciones son más elevadas y apiladas, la gran mayoría de pueblos, sobre todo costeros, albergan una proliferación de viviendas únicas donde las terrazas son comunes.

Todos los beneficios que otorga una lugar desde donde contemplar el amanecer o el atardecer se ven ensombrecidos por la necesidad de contar con un buen aislante que evite las filtraciones desde la terraza al interior de la vivienda.

Son muchas las viviendas que cuentan con una mala impermeabilización de sus terrazas.

El turismo también trae la vanguardia a las zonas más rurales y clásicas, y es bastante común, también, observar viviendas de techos planos que otorgan un carácter moderno a sus poblaciones pero que no casan demasiado bien con el número de días lluviosos característicos de las provincias gallegas. Al igual que ocurre con las terrazas, la mala impermeabilización origina que las humedades por filtraciones sean bastante comunes.

Las manchas en las paredes, el malfuncionamiento de los electrodomésticos o la aparición de pequeños charcos en tu vivienda son indicios suficientes para ponerte en contacto con profesionales y evitar así que tus vacaciones se desperdicien con gasto en remedios poco efectivos o un deseado descanso que se convierta en poco satisfactorio.

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